La actitud de la afición del Saguntino puede servir como el mejor resumen del encuentro que ha enfrentado esta noche a los rojillos y al Villareal C en encuentro correspondiente a la quinta jornada del grupo VI de tercera división.
En este sentido, los espectadores dedicaron una cerrada ovación a sus jugadores, que sufrieron la cuarta derrota consecutiva y siguen buscando su primera victoria de la temporada cuando ha pasado el primer mes de competición, al tiempo que dedicaron una sonora bronca al colegiado.
Pese a que el árbitro pudo acertar en la jugada más determinante, un penalti a 18 minutos del final que dio la victoria a los visitantes, la sensación por algunos detalles de su actuación, unida a la mala suerte que vienen sufriendo los rojillos en esta apartado, es que los saguntinistas no tienen todavía el respeto de los trencillas.
Más allá de esta cuestión, los hombres de Dani Ponz hicieron un gran partido ante un filial amarillo apoyado en las gradas por su presidente Fernando Roig. Los locales salieron a morder desde el primer segundo y eso impidió la circulación de balón visitante, pese a la insistencia del técnico visitante, el ex portero José Molina, a que sus jugadores trataron de tocar más el balón.
Sólo la velocidad y algunas combinaciones rápidas inquietaban a los rojillos que, sin embargo, vieron cómo un corner a favor se transformaba en el 0-1 al convertir el Villareal C en gol una contra mortal al cuarto de hora de partido.
Ese contratiempo no descompuso a los locales que tuvieron hasta el descanso innumerables ocasiones para empatar. Un cabezazo de Gabi que un defensa amarillo sacó bajo el larguero, un remate de Enric a las manos del portero, una saque de esquina directo que repelió el palo o una internada de Raul García no tuvieron el justo premio del gol.
Lejos de caer en la desesperación y gracias a los nuevos bríos aportados desde el banquillo, los locales siguieron apretando especialmente a balón parado. Así llegó el empate obra de un Salinas convertido ya en el líder del equipo saguntinista.
Con los locales empujando, otra contra creó una situación de peligro visitante que parecía controlada hasta que Orobitg hizo caer al delantero visitante y el árbitro no dudó en señalar la pena máxima.
Tras unos minutos de shock, los rojillos volvieron a intentar establecer las tablas, pero Raul Sáez no acertó en la última ocasión. En definitiva, resultado injusto y la sensación de que muy pronto llegará la primera victoria del Saguntino en tercera división.
