Una de las promesas rojiblancas
Alberto Estornell ejerce desde hace unos días las tareas de director deportivo de la escuela del Alser BM Puerto, un cargo en el que sustituye a Carlos Reolid. El nuevo titular, que compaginará esta labor con la de ayudante del entrenador del primer equipo, explica que su principal misión es «aumentar el nivel competitivo de la escuela para situarla en dos años entre las punteras de la Comunidad Valenciana, con los equipos de rendimiento siempre entre los cuatro primeros en las fases autonómicas».
Este planteamiento implica «introducir un mayor ritmo e intensidad en los entrenamientos, que permita reproducir más fielmente las situaciones de juego con mucho movimiento y colaboración de los chavales», apunta Estornell. En esta labor será fundamental que los técnicos «estén muy encima de los jugadores», así que el ex portero del Alser se está tomando su tiempo para cerrar un organigrama de entrenadores que espera tener listo a finales de mes.
Una de las metas a largo plazo para la escuela del Alser será «en 4 o 5 temporadas, que los extremos del primer equipo provengan de nuestra base, así como alguna otra posición donde tengamos jugadores aptos». Para conseguirlo será importante tanto que «los nanos tengan el aliciente de saber que las puertas del primer equipo están abiertas para ellos» como que «reciban una formación que se arrastre y enriquezca desde alevines hasta juveniles». Un segundo equipo con el 80% de jóvenes, una única línea didáctica en los colegios, la fidelización de jugadores y padres en el proyecto del Alser o una mayor visibilidad entre los niños en edad escolar de la localidad son otros objetivos de este proyecto.
Estornell tampoco olvida la vertiente social del club, que este año le ha permitido contar con 9 equipos en la cantera, aunque reconoce que se debe exigir un mínimo de «compromiso y trabajo». En su planificación, el director deportivo del Alser señala que no parte de cero, ya que «hay que reconocer la tarea hecha durante los últimos años».
El coordinador de la escuela rojiblanca en ese tiempo fue Carlos Reolid, que abandona el cargo «con sorpresa, porque hice lo que se me pidió durante 4 años». En cualquier caso, el entrenador asume «sin reproches» la decisión del club de «dar otro aire» a la cantera, más allá de la «presión constante» ejercida sobre su labor. El principal punto de discordia con el club, según Reolid, es que «la directiva quiere establecer la escuela sobre la base del altruismo y el voluntariado, cuando es una labor demasiado importante para gestionarla así».
El técnico nacional señala que «hay que dignificar la profesión de entrenador, pero el club solo quiere un coordinador con más protagonismo, que ejerza de jefe de entrenadores como en una estructura empresarial».
