El entrenador serbio repasa su primer año en el club, así como sus esperanzas de futuro en el Puerto

Goran Dzokic: «El Puerto es ideal para el balonmano, comparable a Ciudad Real»

El técnico destaca la capacidad del equipo para salvarse con mucho margen en su primer año

Martes, 10 Mayo 2011 02:00

 Goran Dzokic da instrucciones a sus jugadores
Goran Dzokic da instrucciones a sus jugadores
Goran Dzokic cumple su primer año en el Puerto, donde llegó con la difícil misión de suceder en el banquillo del Alser BM Puerto a Ramón Belenguer, uno de los grandes artífices del ascenso a Asobal, y a Mauro Alonso, último entrenador rojiblanco en la máxima categoría del balonmano español cuarenta años antes.

Tras estos 12 meses, el serbio ha encajado en las particularidades del club, donde se ha encontrado por vez primera en su carrera a jugadores no profesionales, para ganarse la renovación tras salvar al equipo a la salvación con dos meses de margen, aunque no fue hasta la antepenúltima jornada cuando los porteños saborearon la permanencia matemática.

En este sentido, «es una gozada haber superado nuestras limitaciones y estar salvados tan pronto, cuando parecía que esta recta final iba a resultar vital para nuestro objetivo», apunta el el entrenador del Alser. Esta prematura permanencia supone un premio «al trabajo de los jugadores, que han aguantado los duros entrenamientos desde agosto y han completado una grandísima temporada que afianza el proyecto en su búsqueda de un sitio en la élite».
 
Pese a la necesidad de centrarse en la próxima temporada, Dzokic todavía se muestra ambicioso en este final del año, que cerrará contra el Arrate ya que no se prolongarán los entrenamientos. «Nos quedan dos partidos para disfrutar. Es una pena —apunta el serbio— que Muiña y Lapcevic no disfruten de este éxito por sus lesiones, pero confío en el resto para dar otra muestra de profesionalidad y honestidad que nos permita sumar los 4 puntos y escalar un par de posiciones».
 
En esta línea, el entrenador rojiblanco espera que sus jugadores «lo den todo hasta el final, sea cual sea su futuro, porque será una forma de agradecer que el club se ha portado bien pagando sus compromisos cuando tocaba, algo de lo que solo podemos presumir el Barcelona y nosotros». En este punto, el balcánico lamenta que «compitamos en desigualdad de condiciones, porque otros rivales fichan a jugadores con promesas de pago que no cumplen».

Sobre esta poca fiabilidad económica que se ha extendido en Asobal, el serbio espera que «aprovechemos la organización en España del Mundial para tener una liga más seria, que tome medidas, como ordenar el calendario, para reducir la distancias con Alemania, donde ahora van los mejores jugadores internacionales, y no poner en riesgo la profesionalidad en el mundo del balonmano».

Más allá de esta crisis, que se remonta mucho más allá de hace un par de años, el Alser ha llegado a la élite en un momento complicado que le ha obligado a reducir en 100.000 euros el presupuesto de cara a la segunda temporada en Asobal. «Confío en el trabajo de la directiva para darnos tranquilidad en nuestro trabajo con una política continua de honestidad que ha llevado al club hasta aquí. Ahora —señala Dzokic—debe servir para aguantar los tiempos difíciles y ponernos en disposición de recoger los frutos en el futuro cuando no estemos tan limitados económicamente y podamos mirar hacia arriba, incluso a competiciones europeas».
 
Sobre las cuestiones más concretas que rodearán la próxima temporada, el entrenador rojiblanco asegura que «hay muchos ejemplos de que el segundo año es muy peligroso, así que debemos hacer el equipo más competitivo posible para afrontar una guerra diferente con el mismo objetivo de la permanencia».   En cuanto a la capacidad del Puerto para tener un equipo en Asobal incluso de la parte alta, Dzokic es rotundo al señalar que «este es un sitio ideal para el balonmano, como Ciudad Real hace 10 años cuando aprovechó el boom para situarse donde está. Nosotros tenemos una buena base para hacer algo parecido».

En este sentido, el técnico lamenta los retrasos del nuevo pabellón, ya que «nos han limitado el crecimiento en centenares de socios y miles de euros, aunque sea precioso jugar en el Ovni por su magia». En este punto, el serbio señala uno de los principales patrimonios del Alser: su afición. «He estado en varios sitios, pero en ningún otro se me ha puesto la piel de gallina, como cuando tiembla el Ovni. Es un público diferente que ha merecido halagos en todos los visitantes, por su ilusión y deportividad».

Los aficionados han dejado huella en Dzokic desde el primer momento, como el estreno de pretemporada en casa, cuando al serbio «se me quedó grabado cómo se llenó el pabellón un 28 de agosto con 40 grados de temperatura donde apetecía más estar en la playa con algo fresco». A partir de ese día «cada partido ha sido una fiesta, que espero que se prolongue durante muchos años para seguir disfrutando del balonmano».

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Modificado por última vez en Martes, 10 Mayo 2011 02:00

 

 

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