Por Buenaventura Navarro
«Los libros son para mí más unos amigos que unos servidores o unos maestros». Jean Giono
El día 10 de diciembre de 1973 se inauguró la Librería El Puerto, en un bajo de la entonces avenida Eduardo Merello nº 30 (en la actualidad avenida Camp de Morvedre) en Puerto Sagunto. Han pasado por tanto cincuenta años y sigue existiendo en plena madurez. Aunque también debemos de recordar que ese mismo día 10 de diciembre, pero del año 1948, se acordó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que cumple ahora 75 años, a pesar de que, en demasiadas ocasiones, nos empeñemos los seres humanos en vulnerarlos y dejarlos maltrechos.
Fueron sus fundadores los jovencísimos hermanos Elías y Jaime Yanini, dos chicos idealistas que tuvieron la ilusión de ayudar a difundir la cultura por medio de los libros. Poner otra llama de resplandor que nos alumbrara en el conocimiento y que coadyuvase a la mejora de nuestra sociedad.
La buena relación de uno de ellos con el cura progresista Pepe Fornés, otro enamorado librero, socio y alma de la anterior Librería Popular en El Puerto, ya desaparecida, y de la Librería Fontanal en Valencia, también fenecida, les facilitaría su introducción en el contacto con las distribuidoras comerciales de libros y el acceso a los catálogos de las editoriales.
Los inicios serían complicados, pero siempre contando con el apoyo y la ayuda familiar. Más tarde, al pasar Jaime a su plena dedicación al estudio del Derecho, ejercicio de la abogacía, de la enseñanza universitaria y de la Magistratura, permaneció la entrega y el entusiasmo de Elías hacia la profesión de librero, y contarían en esta travesía con una dilatada nómina de personas colaborando en este desempeño a lo largo del medio siglo. Por ejemplo, Fernando García, Isabel, Amparo, Diógenes, Ramón Muñoz, Julián Carrillo (el más permanente en el lugar, desde el año 1986 hasta su reciente jubilación), Amelia Miñarro, Karlen Juan, Tica Gaspar, etc.
Hacia el año 1979 hicieron el cambio de sede, a su actual ubicación en avenida Camp de Morvedre nº 151 (entonces aún llamada avenida de la Victoria nº 59), con las nuevas denominaciones de calles a partir de las primeras elecciones municipales democráticas. Ello supuso un salto cualitativo al situarse en una zona de mayor crecimiento demográfico de Puerto Sagunto. También serían los inicios del plan de comercializar los libros de texto entre todos los libreros de la localidad, así como establecer relaciones con los colegios e institutos, pero, además, vendrían las actividades e iniciativas culturales, con apoyo del Ayuntamiento, actos de presentación de libros, conferenciantes vinculados a la cultura, las semanas de los libros, la potenciación de las librerías municipales públicas, etc. Todos esos factores irían dando vigor y potencia a la librería y, al mismo tiempo, exigiéndole más dotación de recursos para constituir sus propios fondos, aumentando su nivel de existencias que ofrecer a la clientela ávida de ver, comprarse y leer esos nuevos libros.
La inclinación sobre el tipo de libros y de lecturas fue variando con los años. Así como al principio era una vehemente tendencia por los de ensayo, políticos e históricos, con el paso del tiempo se iría equilibrando con la fuerza de la narrativa, la literatura infantil e incluso la siempre minoritaria, pero necesaria poesía, entre otros. Fue una diversificación, según los gustos y dedicaciones de las personas lectoras. Las generaciones iban cambiando y eran ya otras las que empezaban aproximándose a esa llamita de conocimiento que continuaba iluminando desde la librería. Ya no se acudía con la voracidad intelectual hacia los libros para formarse solamente y resarcirse de la época anterior de prohibiciones, también culturales, de la dictadura, estaba además la posibilidad de entretenimiento, aunque su capacidad para acompañarnos y hacernos reflexionar siempre ha existido.
Y a través de esos avatares, de esas diversas etapas, ha permanecido la Librería El Puerto en estos 50 años, aquel sueño que tuvieron aquellos dos jóvenes idealistas, pero con una amplia mirada de ingenua bondad y constancia en su ilusión de contribuir a mejorarnos por medio de los libros y sus lecturas.
No se si ustedes han visto la película de José Luis Garci ‘El crack 0’. Cuando el detective protagonista vuelve del trabajo por la noche a casa de su novia, que está en la cama leyendo un libro, diciéndole:
«Me gusta tu casa»
Entonces ella pregunta: «¿Por qué?»
Y el le responde:
«Porque estás rodeada de libros, y los libros abrigan a las personas». Pues eso, dejemos que los libros, y sus mejores consejeros, los libreros y libreras de estirpe, estén cerca y los podamos escuchar y leer, aportándonos su calidez de espíritu y alimentando nuestra capacidad de raciocinio. Como decía también el escritor de nuestra portada, Jean Giono, «Me gusta que los libros compartan mi vida, me acompañen, callejeen, trabajen y duerman en mi compañía».
Celebremos el 50 aniversario de la Librería El Puerto y felicitémosles por su perseverancia y su compañía, ahora con otras personas recogiendo el testigo por el paso de los años. Y no nos olvidemos de celebrar, asimismo, y seguir defendiendo siempre los imprescindibles Derechos Humanos (por ejemplo, sus artículos: 18, sobre la libertad de pensamiento, 19, libertad de opinión y expresión, y 27, libertad de participar en la vida cultural), y todo ello a pesar del maltrato y abuso que padecen con execrable frecuencia.
