«¡Gracias a todos y todas por estos días!». Éstas son las palabras más repetidas por la Comisión Organizadora de la venida de la imagen procesional de la Virgen de los Desamparados a Sagunto.
Hace poco más de 25 años que la imagen Peregrina de la Virgen de los Desamparados visitó la ciudad. En aquel año de 1991, que muchos saguntinos todavía recuerdan, el peso de la organización del evento corrió a cargo del que entonces era párroco de El Salvador, Enrique Montón Aguirre. Este año ha sido la Iglesia del Buen Suceso, con su párroco Josep Martínez Rondán, la encargada de la organización.
El viernes bajo la atenta mirada de más de 3000 feligreses congregados en una multitudinaria misa de campaña la imagen de la Geperudeta irrumpía en la plaza Cronista Chabret al son de la dolçaina y el tabal llenando de júbilo la ciudad. El sábado después de una procesión por toda la ciudad se finalizó con una ofrenda floral en el Convento de las Servitas por parte de la Federación Junta Fallera de Sagunto y las comisiones falleras de la ciudad, Casa Aragón y la Dama de Honor de las Fiestas de Alpuente. La despedida se realizó en la Parroquia del Salvador, un emotivo final para una gran visita.
Como explica Dubiel Ruiz, cura de Santa Maria: «Esta visita es una oportunidad para expresar públicamente nuestra fe, sin temor o complejo alguno, en la Madre de Dios. Estoy convencido que esta imagen por lo que representa, arrancará del corazón de muchas y muchos saguntinos: oraciones, cantos, poesías, piropos de alegría y también lágrimas de muchos ojos».
«Quisiera también, agradecer sinceramente la colaboración que desde el principio vienen prestando las autoridades municipales de nuestro ayuntamiento. Todo han sido facilidades. Esta es una muestra de la Laicidad Positiva. Es decir, que no está reñida la aconfesionalidad de las instituciones públicas con la colaboración y ayuda mutua con la Iglesia Católica y demás entidades religiosas. El "hecho religioso", las creencias religiosas de las personas, es una cuestión que se debe valorar y respetar no sólo en el ámbito privado, sino también en su dimensión pública», ha afirmado José Miguel Peris, párroco de El Salvador.
