Los Jardines del Centro Cívico de Puerto de Sagunto acogieron ayer el acto de la Crida que marca el inicio oficial de la fiesta josefina en el Camp de Morvedre, un evento que estuvo presidido por las Falleras Mayores de Federación Junta Fallera de Sagunto (FJFS), Beatriz Alós García y la pequeña María Villar Cayuela, así como por sus respectivas Cortes de Honor. En este importante acto también estuvo presente el alcalde de la ciudad, Francesc Fernàndez, y la concejal de Cultura Popular, Remei Torrent, así como otros representantes de la corporación municipal saguntina.
Como novedad, este año, por primera vez, la representante infantil compartió protagonismo con su homóloga adulta ya que tomó la palabra en un momento del discurso para dirigirse a todo el colectivo fallero con una soltura y un desparpajo que sorprendió a todos los presentes; por su parte, Beatriz Alós, además de animar a falleros, vecinos y visitantes a disfrutar de la fiesta josefina en la comarca, también tuvo palabras para el momento social y económico que está viviendo el mundo, haciendo especial mención a las familias que peor lo están pasando así como a los países que, actualmente, se encuentran en guerra.
Tras los discursos se produjo el momento de la entrega de las máximas recompensas tanto de FJFS como de Junta Central Fallera de Valencia a aquellos integrantes de las comisiones con un mayor recorrido dentro de la fiesta josefina. Este acto se inició con la imposición a las Falleras Mayores del Masclet d’Or Honorífic, un reconocimiento que solamente pueden tener las máximas representantes de la fiesta fallera. Así pues, el evento continuó con la entrega de los masclets, distintius y bunyols siendo el momento más emotivo de la tarde el momento de la imposición de la máxima recompensa de FJFS, el Masclet d’Or amb Fulles de Llorer, Diamants i Palmes de Platí.
Finalmente, el acto finalizó con el Himno Regional y volviendo a tomar la palabra las Falleras Mayores de FJFS para entonar el tradicional «Senyor pirotecnic pot començar el castell», la frase que dio inició a un castillo de fuegos artificiales que fue lanzado desde el parque Juan Carlos I, conocido también como Triángulo Umbral, que hizo las delicias de todos los allí presentes que rompieron en un efusivo aplauso al finalizar el mismo.
