La jota debe sentirse igual en todas partes de España. Al menos así piensa José Manuel Ibáñez. Los años que Ibáñez ha dedicado a este folclore aragonés le ha valido la fama tanto en España como en el extranjero. Ha podido recorrer la geografía española, participando en numerosos certámenes y ha logrando importantes premios hasta alcanzar el más prestigioso. Este joven jotero está en posesión del premio Extraordinario de 2011 y premio especial CXXV Aniversario del Certamen Oficial de Jota de Zaragoza. Ibáñez ha hecho historia tras obtener este premio que lo convierte en el primer castellonense que se alza como mejor cantador de jotas en toda la historia de este certamen. José Manuel nace el Jérica en el año 79. La afición por la jota le viene desde muy pequeño, ya que en su familia, tanto su abuelo paterno como su tío y su hermana pequeña, las cantaban. Dos generaciones unidas por el sonido de su tierra.. Ibáñez sigue recogiendo premios allá donde va. Ahora, y desde hace algunos años, dirige un grupo de jota aragonesa llamado «Alma con la Jota» con los que ya está cosechando grandes éxitos.
¿De dónde nace este interés por la jota aragonesa?
Mi interés por la jota aragonesa nace desde muy pequeño. Yo nací en Jérica, un pueblo de Castellón que está límite con la provincia de Teruel, una zona donde siempre se han cantado jotas aragonesas. A mi abuelo paterno le gustaba mucho cantar y tenía una voz muy buena. Dicen que esto del cante se salta una generación y mi padre, el pobre, no cantó aunque sí que tenía un tío al que le gustaba cantar. Luego me llegó a mí. Entre mi abuelo, mi tío y mi hermana pequeña me inculcaron, a fuerza de oír jotas en cintas de casete, la afición cuando yo tenía solo cuatro o cinco años.
Sin embargo no empezó con el cante.
En escenarios empecé tocado. Empecé a tocar la guitarra y la bandurria con diez. Resulta que en mi pueblo, en Jérica, hacían falta bandurrias para la rondalla y yo cogí, me la compré y empecé a tocar, ¿qué voy a hacer? Aunque disfruto tanto tocando como cantando.
¿Cuántos instrumentos toca?
Guitarra, guitarro, guitarrico, bandurria, bajo y laúd. Al principio me dieron clase y luego poco a poco he ido perfeccionando.
¿Cómo aterriza en Sagunto?
Llegué a Sagunto en el año 98 cuando me llamaron de la Casa de Aragón para reforzar el canto. El presidente de la Casa de Aragón se había comprado una casa en Caudiel, un pueblo al lado de Jérica donde yo solía cantar, me oyó cantar y quiso que formara parte de su grupo. Digamos que me fichó. Tanto me fichó que, estuve de director de canto desde 2002 hasta 2011. Ahí empezaron un poco mis pasos aquí.
¿Qué significa para un jotero alzarse con el premio extraordinario a mejor cantador de jotas?
Es lo más. En el mundo de la jota, todos los premios hacen ilusión. Si los ponemos en el contexto de cada uno pues unos te gustan más que otros por determinadas razones. Mi primer premio de jota lo gané en el año 98. Se trataba de un tercer premio en un concurso y en aquel momento aquello fue lo máximo. Luego vas avanzando, vas creciendo, musicalmente hablando, y vas ganando primeros premios, y todos te hacen ilusión y todos te parecen el mejor hasta que llegas al extraordinario. Además tuve la gran suerte de que cuando yo lo gané se conmemoraba el 125 aniversario del certamen y me fue otorgado, también, el premio especial.
¿Tiene un valor añadido cuando se trata de un valenciano?
Sobre esto hay mucho que hablar. Si esto me lo dices hace 20 o 30 años quizás te hubiera dicho que sí por muchas razones. En primer lugar porque las carreteras no eran las mismas para subir a Zaragoza, Teruel o donde fuera. Tampoco la tecnología era lo que es ahora. Hoy las cosas han cambiado mucho. El mundo de la jota es muy porosa y en él tienen cabida personas de todos los sitios, si eres de Aragón te costará menos llegar a los sitios que si eres de fuera, pero por lo demás no creo que haya diferencia. Creo que, que me dieran el premio a mí, no tiene más mérito por no ser de allí. Entiendo que no es algo habitual. A decir verdad creo que somos muy pocas las personas que tenemos este premio y no somos de Aragón. De nuevo, no es algo habitual, pero hoy en día no veo que tengamos ningún mérito especial.
En el mismo año en el que gana el premio decide montar su propio grupo, «Alma con la Jota», ¿Qué le lleva a ello?
Yo era director de canto en la Casa de Aragón y a veces me encargaba de la rondalla, cuando la persona que se encargaba de ello no podía venir. Teníamos un buen local y un buen grupo, pero aquello estaba demasiado parado y quise moverlo un poco. Propuse varias veces mover al grupo y sacarlo a hacer actuaciones pero por determinadas razones me dijeron que no. Decido en ese momento montar mi propio grupo y más tarde dejo la Casa de Aragón. «Alma con la Jota» empezó de una manera muy tímida, pero poco a poco le fueron saliendo actuaciones, festivales, misas, rondas y concursos. A continuación nos metimos en la Diputación de Valencia y en la actualidad tenemos el calendario para el mes de Agosto totalmente lleno. Es un grupo que funciona.
¿Ha hecho el grupo de «Alma con la Jota» alguna actuación a nivel internacional?
No. Los buenos viajes siempre suelen coincidir con el puente de Mayo o con el 15 de Agosto, momentos en los que normalmente aquí tenemos mucha faena. Yo he estado en Turquía con el grupo de Zaragoza pero con «Alma con la Jota» todavía no. Si que hemos estado mirando para hacer un viaje pero además de que coincide con actos aquí, es mucho dinero. Nosotros vivimos de lo que trabajamos, de las actuaciones que hacemos, no de lo que nos pagan los ayuntamientos.
¿Qué acogida tiene la jota fuera de España?
Los festivales internacionales ya no son como antes. Hace 20 años un jotero se iba un mes entero a Estados Unidos, Alemania o Francia, ahora ya no. Sí que es cierto que los festivales internacionales de folclore más importantes siempre se han cerrado con la jota aragonesa y eso tiene que significar algo. La jota tiene una acogida fuera de nuestro país impresionante. En Turquía por ejemplo, un país muy diferente del nuestro, les encanta ver y oír la jota, se quedan flipados.
¿Quiénes han sido o son sus referencias en la jota?
Es una pregunta difícil porque no te quieres dejar a ninguno. Conozco a prácticamente todos los joteros y tengo muy buena relación con ellos pero si tengo que elegir diría que Jesús Gracia. Jesús murió en el 2005 y tuve la suerte de que me ofreciera sus clases. Yo en aquella época andaba mucho por Zaragoza pero como estudiaba informática en Madrid no pude aceptar. Para mí él ha sido el más grande pero he aprendido de muchos y sigo aprendiendo de muchos. Hay otro jotero, Jesús Burriel, que también tiene le premio quijote como yo, que con 83 años es un referente en el mundo de la jota aragonesa. Con el he compartido varias comidas en las que el tema principal ha sido la jota.
También lo fue Tomas San Juan, ¿qué nos puede decir de él?
A mi Tomás San Juan me enseñó a amar y a tocar el guitarrico. Es un instrumento de cuatro cuerdas que no hay que confundir nunca con el guitarro que tiene cinco, diría él. Me enseñó, también, a amar la jota de juerga. Solemos juntarnos de vez en cuando para honrar su recuerdo. Nosotros organizamos una comida, y al acabar, los que tengan instrumentos los sacan, los que quieran cantar cantan y los demás aplauden y hasta que nos cansamos.
Da la sensación de que cantar y tocar jotas es además un acto social.
Mucho. Eso tiene que ser así. Yo defiendo mucho la jota académica, si no fuera por ella no transmitiríamos como transmitimos. Lo bueno de la jota aragonesa es que queda mucho material en discos de piedra, cilindros de cera y escritas, por lo que nos ha llegado tal cual era. Por eso ha perdurado tanto la jota clásica, luego ya cada uno la modifica o adapta lo que quiere, pero la base está ahí.
¿En qué momento crees que se encuentra la jota actual?
Está en un momento bastante bueno. Entre otras cosas gracias a la publicidad que desde los medios de comunicación se le está dando. Tenemos un programa de televisión, un concurso todos los domingos, «Dándolo todo» en Aragón TV, hay varios programas de radio y a través de Facebook también nos damos a conocer. Entre videos y fotos e información sobre concursos el que no se entera es porque no quiere. Los canales que tenemos actualmente han hecho que todo vaya más rápido y que la información llegue a todos los sitios. Es cierto que antes la jota estaba muy mal. Había quien la catalogaba como música para gente mayor o únicamente para gente de la zona y la jota es mucho más que eso.
¿Han revolucionado las nuevas tecnologías el mundo de la jota?
Claro. El disco yo lo grabé tocando todos los instrumentos. Tu en casa con un ordenador un micrófono, instrumentos y una buena tarjeta de sonido, ya puedes hacer tu propio disco y con calidad de estudio. Las primeras grabaciones que hice fueron apoyado en unas cintas de casete para hacerme de guía, ahora hemos evolucionado mucho. También nos ha acercado los unos a los otros. Para el concurso de dúos del Dolores Sopeña facilitó mucho las cosas. La voz femenina es de Navarra y la masculina de Catarroja. Tuvieron que estudiarse los dúos por separado y luego hicieron una puesta en común un par de semanas antes del concurso. Mientras, se mandaban grabaciones por whatsapp.
También han crecido las letras de las jotas en cuanto a estilo.
Lo que es cierto es que antes, hablo de 1920, había letristas muy buenos pero las letras eran ofensivas, se comparaba a las mujeres con las burras. Ahora cabe todo, pero con más elegancia y más respeto.
¿Hay algún estilo en el que te sientas más cómodo?
No. En todos. Al que le gusta cantar coplas la canta y punto. También depende de para qué. Cuando se trata de concursos a mí me gusta mucho el estilo de saltares, es un estilo que va muy bien y que tiene mucha fuerza. Por otro lado si vas a un concurso en un pueblo quizás eliges otro estilo que te permita más alardear de la voz, depende.
¿Y alguna jota, en particular, que te guste más cantar o sea más especial?
No. Es que hay muchas. Cada momento tiene su jota. Depende de la situación.
¿Qué se tiene que tener para cantar jotas?
Si nos referimos al chorro de voz, eso se adquiere. Cantar jotas es más complicado de lo que parece. Yo tengo amigos tenores que no se atreven a cantar jotas. Antes no se tenía en cuenta muchas variables: el que tenía voz cantaba y ya. Ahora empleamos mucho más la técnica, la respiración, la colocación de la voz, la afinación… Yo lo veo con algunos alumnos, hay gente que le sale más natural y otros que se lo tienen que trabajar más. Es como el aprendizaje de cualquier cosa.
Uno de los proyectos que llevaba tiempo queriendo llevar adelante era el lanzamiento de un disco que finalmente vio la luz en 2013, ¿cuál fue el resultado?
Bien, la verdad es que se ha vendido muy bien. Hicimos 2.000 copias y la verdad es que quedan muy poquitas. Ahora voy a sacar otro, que esperamos que esté para verano, pero no puedo avanzaros mucho más. Es un disco que va a gustar y es una cosa que no se ha hecho nunca.
¿Temes que las nuevas generaciones no le den continuidad a esta canción tradicional?
Ahora por suerte hay muchas escuelas de jota, sobre todo en Aragón. Además actualmente tienen mucha visibilidad en los medios. Sí que es verdad que noto cierta reticencia en la gente joven pero no como antes que los amigos se reían de ti si ibas a bailar jotas. Ahora eso no pasa, incluso los bailadores dicen que ligan mucho. ¿Qué la jota atrae a menos gente joven de la que quisiéramos? Sí, pero va haciendo su camino.
¿Crees que ser invidente ha supuesto algún impedimento a la hora de hacer lo que más te gusta, cantar jotas?
No. Lo único a lo mejor el acceso a partituras. Ahora, de nuevo, las tecnologías lo que no estaba transcrito, ahora ya está o es más fácil de transcribir. Para aprenderme una obra de memoria yo cojo voz por voz, bandurria primera, bandurria segunda y la saco. Pero en el tema de cantar no.
¿Tiene algún mensaje en nombre la jota aragonesa?
El mensaje va dirigido a las instituciones de aquí de Sagunto. Pido que nos apoyen un poquito más. Gracias a la jota, estamos llevando el nombre de Sagunto muy lejos. No hablo de dinero, sino se facilidades. Y para los que estén interesados en la jota, que se acerquen a ella que les va a gustar más.
