Señaló el escritor en su intervención en la clausura del curso del IES Eduardo Merello, un acto que contó con actuaciones musicales

Delgado: «Los alumnos de hoy, van a tener que luchar para que todos los logros que se alcanzaron no los desmantelen»

Domingo, 03 Junio 2012 02:00

Así se encontraba el salón de actos
Así se encontraba el salón de actos
Como cada edición de fin de curso del IES Eduardo Merello, el salón del Acto Cívico se llena hasta la bandera de alumnos y familiares,y en la clausura del curso 2011 y 2012, no ha sido una excepción.  Como personaje invitado, en esta contaron la participación del periodista y escritor Fernando Delgado, cuya asistencia al acto ha sido considerada «como generosa» por parte de la Dirección del centro, porque a pesar desufrir un pinzamiento en la espalda y tener que apoyarse en un bastón, el escritor no faltó a su cita con el alumnado.

La intervención de Fernando Delgado no fue una conferencia, y durante la misma se mostró preocupado porque el acto se alargara dado que había muchísima gente de pie. Así que habló de algunas experiencias personales que un acto de este tipo y una edad como la de los alumnos le evocaban. Puso en  relación la universidad a la que el accedió cuando tenía la edad de los alumnos que le escuchaban y la universidad que ellos se van a encontrar.

Trazó el paralelismo, de aquellos tiempos que eran «de miseria no solo económica sino también moral e intelectual» y de los actuales que nos conducen a la «miseria económica que es la consecuencia de un fracaso moral y un fracaso del pensamiento que ha sido apartado de los lugares de toma de decisión». Hizo hincapié en que su generación lucho por democratizar la universidad y los alumnos de hoy van a tener que luchar para que «todos los logros que se alcanzaron no los desmantelen». Y los animó a vivir la nueva etapa de su vida «con ilusión y con solidaridad y compromiso».

En otro orden de cosas, el popular periodista y escritor, puso algunos ejemplos con los que trataba de que el alumnado visualizara lo importante que es la vocación y lo «frustrante y lo perdidos que se encuentran aquellos que estudian algo sin convicción». Después de esos ejemplos busco otros que matizaban lo anterior y explicó su caso, que a los 13 años, todavía con pantalones cortos llevó un escrito a un periódico de Santa Cruz para que se lo publicaran, que muy pronto hacía programas de radio caseros etc, pero que otra gran vocación suya ha sido la arquitectura y que siempre que puede está concibiendo espacios o imaginando zonas de ciudades que deberían rehabilitarse de una determinada manera. Pero Delgado puntualizó que si él hubiera optado por la arquitectura sin duda alguna se habría estrellado, porque no está dotado ni para el dibujo ni para el cálculo, y con esta idea, matizaba lo anterior, no solo es una cuestión de «vocación sino también de autoanálisis» y de comprender cuáles son los dones que tienen cada uno.

El escritor fue largamente aplaudido, pues el auditorio percibió que su intervención no fue solo para salir del paso, sino auténticamente sentida y gustó mucho.
Previamente a la intervención del personaje invitado, en el acto de clausura que se celebró el viernes pasado, hubieron ptrp oradporores: Sonia Chavarría por parte de la AMPA, Nuria Prieto por los alumnos, Vicente Tomás por los profesores y el director, Antonio Muñoz que hizo que presentó a todos los participantes.

En esta fiesta académica, los alumnos proyectaron un audiovisual, divertido y entrañable. Cogieron la orla y alumno a alumno mientras pasaban dos fotos, una de muy pequeños y otra reciente. Posteriormente, hubieron dos actuaciones musicales, que gustaron mucho. Algunos alumnos de 1º de bachillerato interpretaron un tema  con batería, saxo, oboe, dulzaina, cajón, dos guitarras eléctricas y un bajo. Actuaron diez cantantes (a los que lamentablemente les falló el micro). Y hubo una actuación que impresionó a los asistentes, la realizaron, Alberto Gil, de 2º de Bachiller y a la guitarra y Rebeca que cantaron tres canciones de Amy Winehouse, que dejaron al público «alucionados», según los comentarios expresado.

Presentación de Fernando Delgado
A continuación  ofrecemos  literalmente la  presentación que el director del IES, Antonio Muñoz realizó del periodista.

Hubo un tiempo, no muy lejano, en que interesó instaurar el tópico de que la mirada periodística era incompatible con la mirada literaria y que difícilmente un periodista podía hacer buena literatura. Se daba por establecido que la primera se correspondía con una escritura plana, pero al alcance de todo el mundo, y la segunda lo hacía con una escritura profunda concebida solo para una élite cultural. No es este el lugar para reflexionar aquí del daño que estas simplicidades causan al periodismo, a la literatura, y a los receptores de uno y de otra, pero bastaría para desmontar este error que nuestros alumnos y alumnas recordaran ahora algunos de los autores que han leído -a veces con más obligación que devoción- en estos dos o tres últimos cursos. Pues Larra, Bécquer, Valle-Inclán, Hemingway, Joan Fuster, Vicent Andrés Estellés, Luis Sepúlveda o Isabel Allende han transitado ambos territorios con lucidez.

La voz literaria o periodística de nuestro invitado es una más de un coro español de ilustres periodistas literarios que, como Chaves Nogales ayer, y Manuel Vicent, Concha García Campoy, Joan Francesc Mira, Juan José Millás, Quim Monzó, Rosa Montero y otros, dignifican hoy comunicación y cultura.
Puede que el periodismo mire al mundo y que la literatura interrogue al ser humano, pero pobres de aquellos periodistas que no interroguen al mundo con su mirada y de aquellos escritores que, al mirar al ser humano, les quede oculto el mundo del que forman parte. Desde luego no es este el caso de Fernando Delgado, ni como periodista, ni como novelista y poeta.

Algunos, que aunque jóvenes, lo somos un poco menos que hace 30 años, te rendiremos, Fernando, siempre pleitesía pues estuviste en el germen de Radio 3, a la que dirigiste en su primera etapa. Fue la demostración palpable de que era posible un medio de comunicación público de vanguardia, conectado a la realidad artística y social y con unos programas absolutamente asombrosos como La Barraca de Manolo Ferreras y Gloria Berrocal, Caravana de Hormigas de Juan Francia o Diálogos 3 de Ramón Trecet, hasta ese momento no habíamos ni soñado que algo así en la radio española fuera posible. Con sus vaivenes, todavía Radio 3 es un referente, cierto que casi exclusivamente musical.

Te recordamos presentando el Telediario de Fin de Semana que se convirtió en un programa en que la información, pese a su poder invasivo y su rotundidad mediática, quedaba sujeta al discurso racionalizador y humano de un periodista que proporcionaba claves de interpretación, sin faltar al respeto a la mayoría de edad de la audiencia.

O en la Cadena Ser, con el programa a Vivir que son dos días, rebosante de imaginación y de riesgo. ¡Qué hallazgo el de Elvira Lindo irrumpiendo en su sección, tras sonar Campanera, travestida de Manolito Gafotas! No es fácil encontrar en la radio tanto sentido del humor, tanta mirada crítica y tanta ternura sobre lo cotidiano. Cuidaste siempre la Literatura en la radio y tal vez por eso, en tu última novela. También la verdad se inventa, has decidido cuidar la radio en la literatura.

En También la verdad se inventa se escuchan, en un programa radiofónico, las voces heridas de unos personajes en medio de la noche. El lector, en un juego muy del gusto de Fernando Delgado, se convierte en un mirón que oye las alucinadas intervenciones de todos ellos, pero sobre todo de Alma, la mujer con voz de hombre que arrastra un misterio, y de Almudena, la presentadora
Novelista dominador de registros orales, de voces habladas que suenan diferenciadas en la imaginación del lector. Voces con las que se abanican, luchan y se ajustan las cuentas un conjunto admirable de personajes, que revelan u ocultan secretos terribles. A veces la voz es voz escrita como la de Marta Macrí escribiendo Hablame de ti. O voz escrita para ser leída con voz bajita, como se deben leer algunas cartas, o como suena la voz de Begoña en el diario que escribe en La mirada del otro. A veces es escrita para ser leída con la voz tronante y furibunda de un sermón enloquecido, como en Ciertas Personas, otra de sus novelas. Hasta en la poesía su voz es polifónica, como ocurre en Autobiografía del hijo.
Narrativa crítica, lúcida, que investiga sobre la identidad, sobre su relación con la memoria, sobre la mentira y el ocultamiento, sobre la necesidad de saber y , también a veces, sobre la necesidad de inventarse para poder escapar. Sobre la fuerza del amor y también sobre su tiranía.


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Modificado por última vez en Domingo, 03 Junio 2012 02:00

 

 

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