Castelló en la rueda de prensa
Aunque cabe destacar que los dos locales ya tenían desde hace un año caducada la concesión administrativa que les permitía desarrollar su actividad comercial en terrenos públicos, tanto los propietarios como el equipo de gobierno esperaban que no se produjera ningún movimiento hasta que se resolviera el proceso contencioso administrativo iniciado por el Casino Recreativo de Altos Hornos, cuyas instalaciones en la playa se encuentran en la misma situación y que por lo tanto cualquier decisión que se tome sentaría una jurisprudencia a la que podrían acogerse los demás. Algo en lo que parece no pensar, o directamente no importarle, a Costas.
Sin embargo fuentes cercanas al organismo ministerial han confirmado a este periódico que desde el lunes pasado Costas ya está enviando avisos a todos los locales del paseo marítimo incluidos en el plan de derribo de Costas, y que eso afectaría también al Casino. E incluso hay quien apunta que se podrían haber dado ya los primeros casos de empresarios que hayan recibido la notificación, pero no hayan firmado las cartas para no darse por notificados, retrasando así el plazo de desalojo, aunque este extremo no está ni mucho menos confirmado.
Presentarán batalla política
El Alcalde, Alfredo Castelló, ha anunciado su oposición firme a una decisión que supone destruir puestos de trabajo y menguar el potencial turístico, uno de los grandes generadores de riqueza de la ciudad, de la playa de Puerto de Sagunto, y ya ha anunciado que se va a impulsar una iniciativa plenaria para presionar a Costas y que eche marcha atrás, una iniciativa que se discutirá con el resto de partidos este mismo viernes en la Junta de Portavoces, y que se complementará con la convocatoria urgente del Consejo Económico y Social.
Castelló no ha dejado pasar la oportunidad de aprovechar la abrupta decisión de Costas para atacar políticamente al organismo ministerial, a quien ha acusado de actuar «con nocturnidad y alevosía», de tomar decisiones «delirantes», que, literalmente, «dinamitan proyectos del mismo Ministerio de Fomento», una clara referencia a los problemas que están surgiendo en los accesos Sur al Puerto de Sagunto, que afectan a la futura desaladora que se quiere instalar en la zona. E incluso ha tenido tiempo para dejar en evidencia a los socialistas saguntinos, que recientemente habían acusado al equipo de gobierno popular de no ser dialogantes con Costas y que ahora quedan en evidencia cuando el organismo ministerial vuelve a tomar una decisión administrativa sin consultar, ni avisar antes a las autoridades locales y que según Castelló va a dejar el paseo marítimo convertido en un «Kosovo lleno de agujeros».
La Avenida mediterráneo y la
insensibilidad Costas
Pero al margen de valoraciones políticas, Castelló sí que ha dejado al descubierto algunos de los puntos claves del conflicto con Costas, que al margen de las formas y la inoportunidad, no deja de cumplir lo que dicta la actual ley. De esta manera el Alcalde ha atacado duramente la línea de demarcación del dominio marítimo terrestre, la frontera que separa el terreno municipal del que es propiedad estatal, tachándola de generador de problemas en el municipio, realizando de paso una contundente afirmación: «No hay derecho a que la avenida Mediterráneo siga siendo de Costas», una frase que ejemplifica, mejor que ninguna hasta ahora, la importancia de la dimensión económica del conflicto puesto que de donde esté esa línea depende, y mucho, tanto la posibilidad de urbanizar, y por extensión privatizar, determinados espacios públicos, como el asegurar que el desarrollo de un sector tan clave en Puerto de Sagunto como es el turismo esté en manos del municipio o de técnicos que responden ante Madrid. En este sentido Castelló aseguró que esa línea ha de cambiarse, y volvió a pedir a Costas que ceda la gestión del paseo marítimo al Ayuntamiento o, si lo prefiere, a la Generalitat, para que estos gestionen el espacio, «sin salirse un ápice de lo que pone el actual texto legal» según afirma el Alcalde.
También quedó claramente al descubierto la absoluta insensibilidad de Costas, un departamento gestionado directamente por técnicos funcionariales en vez de por cargos políticos, hacia los vecinos, al haber pedido, según recordó el Alcalde, que los vecinos de las playas del norte del municipio «se paguen sus propios espigones», tras haber desoído las peticiones del Consistorio de tomar medidas para evitar el avance del agua hacia zonas de suelo urbano como las Casas de Queralt, donde la SAG tuvo que tomar medidas de urgencia creando barreras de piedras para detener el avance de unas aguas, cada vez más cercanas desde la creación del puerto de Burriana.
Castelló ha vuelto a pedir una reunión con Costas, para reiterar la necesidad de que el organismo ministerial no destruya sin dar antes una alternativa a los servicios que se van a perder, en este sentido Castelló aseguró que desde su equipo de gobierno se han propuesto muchas alternativas a Costas que no han querido oir y ahora les toca a ellos presentar idea . «Lo que no puede ser es que Costas asuma sólo las competencias que quiere, las del derribo. Si tienen un paseo marítimo su competencia es que ese sea un espacio útil y no un simple enlosado al lado de la playa» afirmó.
