Ambos colaboradores de El Económico fallecieron la primera semana de este mes de enero con apenas 24 horas de diferencia

Fernando Cos-Gayón y Ángel Olmos, dos testigos de excepción del cierre de AHM

Fernando Cos-Gayón Domínguez y Ángel Olmos Gauses, fueron colaboradores habituales de este diario Fernando Cos-Gayón Domínguez y Ángel Olmos Gauses, fueron colaboradores habituales de este diario
Viernes, 12 Enero 2024 21:18

El cuatro de febrero de 1983, el presidente del comité de empresa de AHM, el ya fallecido Miguel Campoy Adell, desde el balcón de la desaparecida tenencia de Alcaldía, en la Plaza del Sol de Puerto Sagunto, se dirigió a los trabajadores de la ‘Fábrica’ ante la orden de José María de Lucía, presidente de AHM y Ensidesa, de apagar el siguiente día siete el alto horno núm. 2. Aquí empezaba la lucha de un pueblo por la defensa de la cabecera siderúrgica integral que terminó siendo desmantelada tras detener su proceso productivo el cinco de octubre de 1984.

Se cumple, en este 2024 recién empezado, el 40 aniversario de aquel episodio épico en el que se implicó todo un pueblo por la defensa de su industria. Con el paso de los años ha quedado sobradamente acreditado que, pese a la reindustrialización, tras el cierre siderúrgico decretado por el gobierno socialista de Felipe González, Sagunto y su comarca dejaron de ser un referente industrial, no solo en el contexto de la Comunidad Valenciana, sino en el conjunto de España.

De aquel desmantelamiento industrial fueron testigos de excepción dos personas que han fallecido a principios de este 2024, con apenas 24 horas de diferencia. Fernando Cos-Gayón Domínguez murió el pasado 3 de enero a los 83 años y Ángel Olmos Gauses al día siguiente, el cuatro de enero, con 92 años.

Fernando Cos-Gayón Domínguez, natural de Gilet, como profesional de la comunicación y las relaciones públicas, lo ha sido todo en este sector. Fue profesor del CEU San Pablo, así como presidente y vicepresidente de la Confederación Iberoamericana de Comunicación y Relaciones Públicas, perteneció, por tanto, al Consejo Superior de Relaciones Públicas de España. Sin embargo, el cargo por el que reviste mayor interés este personaje se localizaba, entonces, en el hoy abandonado edificio de las Oficinas Azules, donde ocupaba un despacho en la conocida como ‘planta noble’, ejercitando las responsabilidades de comunicación y relaciones públicas de la siderúrgica. Cos-Gayón fue, gracias al puesto que desempeñó, un testigo de excepción en todo el proceso de capitulación, cierre y posterior desmantelamiento de la cabecera siderúrgica integral

Efectivamente, durante el proceso de la reconversión siderúrgica de AHM, Cos-Gayón tuvo que lidiar con los medios de comunicación. La tarea, desde luego, fue intensa, ya que en aquel tiempo el futuro de la factoría siderúrgica centraba a nivel nacional e, incluso, internacional, el interés de prensa, radio y televisión, que seguían en todo momento el devenir de los acontecimientos que se iban sucediendo día tras día: asambleas, reuniones, manifestaciones, paros, cortes de carretera, campaña de recogida de firmas, etc. Fueron 14 meses frenéticos en los que Cos-Gayón Domínguez, como responsable de relaciones públicas de la compañía, tuvo que estar al pie del cañón, atendiendo a la nube de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, cuyos requerimientos no siempre coincidían con los intereses de la empresa.

En este sentido, Cos-Gayón, en la entrevista publicada por este periódico el 22 de octubre de 2021, contaba uno de estos episodios, donde tuvo que hacer encaje de bolillos para hacer converger los intereses de la empresa con los de la prensa: «En mi profesión he tenido episodios muy bonitos y otros muy desagradables. Pues, por ejemplo, cuando se volaron los Hornos Altos. Que nuestro presidente, entonces, Mateu de Ros, se negaba rotundamente a que se filmase la voladura. Por otra parte, a mí, los del Centro Regional de TVE, los de Aitana, así como todos los periodistas gráficos, me preguntaban cómo se iban a volar los hornos altos sin dejar entrar a las cámaras. Con ellos hice un pacto, daban la voladura y a continuación imágenes del tren de laminación en frío con todo su proceso y, de esa forma, que la gente viera que había una continuidad. Con esto pude convencer a Mateu de Ros para que autorizara el acceso de los medios».

En lo que también coincide Cos-Gayón Domínguez es en que el cierre de la cabecera siderúrgica integral respondió a criterios políticos, tal y como explicaba en la mencionada entrevista: «El Tren de Bandas en Caliente no vino aquí porque las elecciones municipales que hubo en 1983 las ganó el PSOE. Si en vez de salir el PSOE sale otro partido, el TBC se hubiera instalado aquí. A mí me llamó José María Lucía, que ya habíamos quedado en que me llamaría, para preguntarme por el resultado de las elecciones. Le dije que había ganado el PSOE, a lo que él me respondió: “pues ya lo tenemos claro”, esas fueron sus palabras textuales. Había mucho miedo de que aquí se armara una buena trifulca. Pero con aquellos resultados electorales quedó claro que, se hiciera lo que se hiciera con la siderúrgica, no pasaría nada grave. Que el Gobierno podía hacer lo que quisiera, como así ocurrió».

En la lucha sindical

Y qué decir de Ángel Olmos Gauses, todo un referente del sindicalismo y la lucha antifranquista, que nació en Puerto Sagunto el 23 de abril de 1932, un año y nueve días después de las elecciones democráticas del 14 de abril de 1931, cuyos resultados permitieron proclamar la II República Española, aunque, el mismo día que vino al mundo, despidieron a su padre de Altos Hornos. En su infancia, que no fue fácil, sufrió los rigores de la guerra civil y los primeros años del régimen franquista.

En 1950, con solo 18 años, Olmos entró a trabajar en AHV, fábrica de Sagunto, llegando a alcanzar la categoría de oficial de primera a través de diferentes pruebas y exámenes. Fue en 1966, en plena represión de la dictadura franquista, cuando ingresó en el Partido Comunista de España, que operaba desde la clandestinidad, formación en la que militó durante muchos años. En 1968, junto a otros compañeros, constituyó la primera comisión obrera ilegal de Altos Hornos, una de las primeras en la Comunidad Valenciana.

Fue elegido por primera vez enlace sindical en 1971, llegando a ocupar la presidencia de la Unión de Trabajadores y Técnicos del extinto sindicato vertical, cargo que ostentó hasta la legalización de los sindicatos, entre ellos CCOO. Desde esa cobertura que le permitía el cargo, fue trabajando en pro del futuro sindicalismo de clase, teniendo en cuenta que la mayoría de los enlaces sindicales ya eran afiliados clandestinamente a CCOO. Su cargo le reportó serios problemas con los responsables políticos del régimen franquista de la época, que dirigían la Central Nacional Sindicalista (CNS) y con algunos responsables policiales de la conocida brigada político social que operaba en Sagunto.

Recién estrenada la democracia, en las primeras elecciones sindicales de 1978 fue elegido miembro del comité de empresa de AHV, fábrica de Sagunto, y, desde ahí, promovió, ya en la legalidad, la primera sección sindical de empresa de CCOO. En las primeras elecciones municipales del 3 de abril 1979 formó parte de la candidatura del PCE al Ayuntamiento de Sagunto.

En aquella época fue elegido secretario de Organización de la Unión Comarcal de CCOO del Camp de Morvedre, siendo la organización del sindicato una de sus principales responsabilidades, lo que implicó impulsar la reivindicación de la cesión de un local por parte del Estado en base al patrimonio sindical acumulado, que cubriera las necesidades sindicales para reuniones, asambleas, etc. Con mucha tenacidad, esfuerzo y enfrentamiento, incluso con la jefatura de la Comisaría de Policía en Sagunto y con miembros del Ministerio, se consiguió el edificio que actualmente ocupa CCOO en Puerto Sagunto, antigua sede de la CNS.

Sin embargo, Ángel Olmos Gauses fue un protagonista indiscutible de la lucha por la defensa de la cabecera siderúrgica. Partidario de la unidad y el consenso, fue elegido portavoz de la coordinadora sindical en la que se integraron CCOO, UGT, CNT y el Comité de Empresa de AHM y que se enfrentó al durísimo proceso de la reconversión industrial, promoviendo una de las luchas obreras y ciudadanas más mediáticas y épicas de la democracia.

Sin duda, fue muy relevante el papel que jugó Ángel Olmos en todo este proceso, conocido también como ‘La batalla de AHM’, que, asimismo, dio título al libro de Miguel Olmos. Durante todos estos meses de lucha quemó tres teléfonos fijos por sus numerosas gestiones, incluso, un amigo médico, al verle las pupilas, le recomendó que se marcharse de vacaciones, debido a la elevada tensión que acumulaba. Se enfrentó a Rodríguez Colorado, gobernador civil de Madrid y a Eugenio Burriel, que ocupaba el mismo cargo en la Comunidad Valenciana, ambos socialistas. También se encaró con los jefes de la policía en Valencia y Madrid, en relación con las movilizaciones y su recorrido. Mención especial requiere el enfrentamiento con el mando de los antidisturbios desplazados desde Murcia hasta Puerto Sagunto, como ocurrió el 18 de marzo de 1983, cuando José María de Lucia, presidente de AHM, fue retenido por 20.000 personas, durante más de 12 horas, en las oficinas generales de AHM, hoy de propiedad municipal.

Ángel Olmos Guases forma parte, por méritos propios, de ese elenco de sindicalistas de Puerto Sagunto que estuvieron en la vanguardia, defendiendo los derechos de los trabajadores y luchando por el restablecimiento de las libertades democráticas, como Juan Torres Casado, Miguel Lluch, Vicente Madrid, ya desaparecidos, o Julián López, entre otros.


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Modificado por última vez en Viernes, 12 Enero 2024 16:00

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