El concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Sagunto, el nacionalista Pepe Gil Alcamí, ha salido al paso de las declaraciones realizadas a este periódico por el portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Sagunto, Sergio Muniesa Franco, con relación al rechazo, por parte del pleno de la Diputación de Valencia, de la moción del PP que planteaba que se acometiera esta infraestructura para unir las playas del Puerto y Canet.
El edil de Compromís ha mostrado su sorpresa por este «repentino interés» del Partido Popular de Sagunto para la construcción de este puente, después de ocupar el Gobierno de la ciudad ocho años: «me ha sorprendido mucho este interés tan repentino del Partido Popular para construir el puente, sobretodo, porque durante los ocho años que ocuparon la Alcaldía de Sagunto, no movieron ni ficha para acometer esta infraestructura».
Tal y como citó Muniesa, ya existía un proyecto para construir el puente, durante el mandato del llamado gobierno de progreso, entre 2003 y 2007, siendo alcaldesa de la ciudad la socialista Gloria Calero y concejal de Urbanismo el que hoy ocupa la Alcaldía, Francesc Fernández. Aquella iniciativa se iba a financiar con fondos de la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Conselleria de Obras Públicas, sin embargo, nunca se llegó a ejecutar. A propósito de esta actuación, que en su día presentó el tripartito de progreso, Gil Alcamí se pregunta porqué el PP no continuó adelante con el proyecto: «me gustaría saber porqué no continuó con el proyecto del puente, al que se refiere el señor Muniesa, el Partido Popular cuando se hizo cargo de la Alcaldía en 2007. Entonces el PP gobernaba en la Diputación y en la Generalitat».
Más adelante, Gil Alcamí, también ha recordado que por culpa del Partido Popular se perdió la oportunidad de remodelar el paseo marítimo en el año 2010, que es cuando el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero planteó esta iniciativa, con una inversión inicial de 20 millones de euros: «Además de que no han hecho nada por el puente, dejaron perder una inversión del Gobierno central que hubiera remodelado completamente el paseo marítimo del Puerto de Sagunto».
El concejal por Compromís, Pepe Gil Alcamí, va más allá, resaltando que desde el Ayuntamiento de Sagunto, durante los ocho años de Gobierno popular, no se pedían ayudas a otras administraciones: «el Gobierno del PP en estas dos legislaturas no pidió nada a otras administraciones, porque si hubieran solicitado financiación, está claro que la habrían recibido. Nosotros, por ejemplo, hemos exigido al Ministerio de Cultura ayuda urgente para el castillo de Sagunto y hemos recibido un millón de euros». Asimismo, muestra su sorpresa Gil Alcamí por el hecho de que se presentara la moción en la Diputación de Valencia: «¿Por qué le piden ahora a la Diputación, cuando el Partido Popular ha estado gobernando el ente provincial durante 20 años? Se acuerdan ahora, que están en la oposición», lamenta el concejal de Hacienda.
Lo que sí que deja claro el representante del cuatripartito municipal, es que son firmemente partidarios de acometer esta infraestructura: «Claro que estamos de acuerdo con que se construya el puente, ¿cómo no vamos a estar a favor de esta propuesta? Lo que pasa es que habrá que buscar la financiación correspondiente para poderlo ejecutar», ha indicado.
Recado al Ayuntamiento de Canet
Por último, Gil Alcamí resalta que lo que está ocurriendo con el puente entre la playa del Puerto y Canet, se debe a una falta de planificación por parte del municipio vecino, que durante el boom del ladrillo urbanizó toda la zona de costa sin tener en cuenta las necesidades que esa aglomeración humana iba a generar en materia, por ejemplo, de comunicaciones. Gil Alcalmí considera que en aquellos tiempos, en los que se desarrollaba urbanísticamente la playa de Canet, se debía de haber tenido en cuenta la construcción del puente, cuyo coste debió repartirse entre los diferentes proyectos de urbanización. En este sentido, el edil de Hacienda considera que Canet debió de hacer lo mismo que hizo Sagunto cuando se promovió la urbanización del norte del Palancia, asignando a las obras de urbanización el coste de los puentes que unían el casco histórico con la nueva trama urbana al otro lado del río.
