Alrededor de 60 padres se han reunido esta mañana, a las 12:30 horas, en el Colegio Maestro Tarrazona de Puerto de Sagunto, con el Jefe de la Sección de Epidemiología de Valencia, Antonio Salazar. La convocatoria ha sido cursada por las autoridades sanitarias para tranquilizar a los progenitores y explicarles que lo ocurrido con el fallo en las vacunaciones es consecuencia de una cadena de errores. En el transcurso de la reunión ha quedado claro que el hecho de que por un error se les haya suministrado a los escolares la vacuna para la hepatitis del tipo B en lugar de la A no reviste ninguna clase de peligro para la salud de los 150 infantes que, por equivocación, se han visto afectados. De hecho, la vacuna fue inyectada a este grupo de niños el miércoles de la pasada semana y, a fecha de hoy, no se han registrado incidencias destacables. Solo dos casos en los que han presentado un cuadro de fiebre.
Una de las quejas del colectivo de padres se centra en que ha transcurrido prácticamente una semana desde que se administraron estas vacunas sin que las autoridades sanitarias hayan dado ninguna explicación al respecto. Tanto es así que la primera noticia de que se había producido este error la tuvieron ayer lunes, que fue cuando los padres de los niños vacunados recibieron una carta, convocándolos para la reunión de esta mañana en el centro educativo. En este encuentro se ha dejado claro que el error es responsabilidad directa de la administración, puesto que el material se almacena ahora en dos lugares distintos y no existe un control del mismo. A los padres les ha quedado bastante claro que lo ocurrido, en parte, es consecuencia de los recortes, aunque no entienden cómo es posible que los que han inyectado la vacuna a los niños no se hayan dado cuenta de que estaban suministrando la del tipo B en lugar de la que se emplea para le hepatitis A.
Señalar por último que según han confirmado a este periódico algunos padres, el AMPA del centro tiene previsto reunirse próximamente con la finalidad de valorar si se presenta una denuncia por los hecho ocurridos, ya que consideran inadmisible que se haya producido un error de este tipo, aunque son conscientes de que el hecho de que se haya sustituido una vacuna por otra no ha revestido ningún peligro para los niños que, salvo los dos casos citados, han pasado los primeros días con absoluta normalidad.
