Cambiarse de zapatillas antes de entrar en casa, aparcar en las calles conlidantes, o barrer la entrada de sus viviendas dos veces al día, son ya prácticas habituales de los vecinos de Jerónimo Roure, la emblemática calle de Puerto de Sagunto que se encuentra completamente invadida por las hojas de los eucaliptus de la avenida que no salen caen con más frecuencia que la habitual sino que segregan una substancia pegajosa que se está convirtiendo en un problema serio para los vecinos de esta zona.
Los residentes aseguran que todo es debido a que los árboles están enfermos, dato que conocieron «hace cuatro años que vinieron a tratarlos y no volvimos a saber nada de ellos, ni siquiera vienen a podarlos» testifica uno de los propietarios de los conocidos chalets de fábrica.
Los residentes aseguran que todo es debido a que los árboles están enfermos, dato que conocieron «hace cuatro años que vinieron a tratarlos y no volvimos a saber nada de ellos, ni siquiera vienen a podarlos» testifica uno de los propietarios de los conocidos chalets de fábrica.
La situación es más grave si entendemos que la resina que segregan estas hojas afecta no sólo a las aceras, sino también a los vehículos que aparcan en la calle, «se ensucian en menos de hora y media, yo tengo que aparcar en cualquier otra calle menos la mía» aclara otro residente. También los dueños de perros de la zona denuncia, que ya no pueden sacar los perros por la acera porque se les pegan las hojas a las patas.
Los vecinos no entienden que el ayuntamiento pretenda—tras el incidente de la palmera caída en la playa—imponer a los propietarios de árboles que mantengan en buen estado a los mismos mientras deja que los árboles de su calle alcancen tal grado de abandono que se conviertan en una molestia continúa para todos los residentes de la zona. «Nos sentimos abandonados» explican.