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Los concejales de los grupos municipales BLOC y PSPV-PSOE del Ayuntamiento de Sagunto, que suman 9 de los 25 ediles que forman parte del hemicilo saguntino, pidieron la celebración de un pleno extraordinario con un único punto del día: la modificación del Reglamento de Ordenación Municipal (ROM) que fue aprobado durante la pasada legislatura durante el bipartito formado por populares y segregacionistas y que permite la celebración de sesiones plenarias fuera del palacio consistorial.

Según explicaban los nacionalistas, esta petición ha sido presentada junto con un  documento para modificar este ROM «desde la convicción de que el actual reglamento se elaboró desde la perspectiva de una mayoría absoluta y pone muchos inconvenientes a la información y a la participación». Aún así, desde las filas del BLOC apuntaban que este escrito, que fue presentado ayer, «es un documento abierto al debate y a la participación» por lo que ambas formaciones esperan que «el resto de fuerzas políticas de la oposición se sumen a un texto de consenso que democratice más a la institución municipal».

El portavoz nacionalista, Quico Fernández, aseguraba que el documento presentado por estos dos grupso políticos «abre las puertas a una mayor participación y transparencia que hace posible una mayor representación y que apuesta por un gobierno abierto». El edil saguntino afirmaba que el actual ROM, que fue aprobado por los votos únicamente del entonces equipo de gobierno PP-SP, «recortó la participación en muchos aspectos por lo que este nuevo reglamento es más amplio, más elaborado y respeta más sensibilidades».

«La gran mayoría de nuestra ciudad — continuaba Fernández — está en contra de las políticas del Partido Popular y Alfredo Castelló debe de ser consciente no solamente de que está gobernando en minoría sino que sus políticas son también minoritatias». El edil nacionalista finalizaba apuntando que su formación va a intentar «atar en corto» al alcalde porque «está tomando muchas decisiones en contra de la mayoría porque se ampara en un concepto presidencialista de la administración» que, según explicaba Fernández, el BLOC no comparte.