imagen de la cementera
Para entender este rocambolesco giro hay que recordar que en 2005, y a espaldas del Ayuntamiento, la cementera pidió a la Generalitat Valenciana que otorgara a la montaña Romeu una Declaración de Interés Común (DIC), documento que, de concederse, convertiría este bosque municipal en una zona de explotación industrial. Tras un largo periodo de tramitación, la Conselleria de Medio Ambiente decidió en 2010 desestimar la petición de Lafarge, y la cementera de Puerto de Sagunto optó por presentar un recurso contra la decisión alegando que tenía un defecto de forma , puesto que Lafarge nunca pidió formalmente la declaración de DIC. Esta petición, finalmente, no ha sido admitida a trámite por la Generalitat Valenciana al considerar que si bien es cierto que la cementera Lafarge nunca pidió expresamente la Declaración de Interés Común en el inicio de los trámites, sí que reconoció que esa era la figura que deseaba para la montaña Romeu en varios documentos y comunicaciones que se produjeron durante la tramitación de esa misma DIC.
Sin embargo, y aquí viene lo inesperado, en el mismo fallo en el que se anuncia que no se tramitará el recurso de Lafarge, la Generalitat reconoce que en la decisión del Conseller de Medioambiente de no conceder la DIC falta una documentación que nunca se aportó, por lo que revoca el no que le dio a la cementera y archiva el procedimiento.
La consecuencia más inmediata de la sentencia, para la vida municipal, es que la empresa ve retrotraídos sus derechos en la montaña a las bases que se negociaron en 2005—según explicó ayer en la junta de portavoces el propio alcalde Alfredo Castelló—lo que supone en la práctica que Lafarge necesita de repente firmar el convenio de colaboración que lleva paralizado desde hace años, a causa de la decisión de la cementera de solicitar, por su cuenta y riesgo y a espaldas del consistorio, la solicitud de Declaración de Interés Común para la montaña.
El ayuntamiento, de hecho, ya está moviendo ficha, y se espera que la semana que viene el Alcalde Alfredo Castelló convoque de urgencia una comisión especial para empezar a hablar sobre como se retomará el citado convenio.
Posturas Enfrentadas
Pero la decisión de la Generalitat, en todo caso, tampoco es que despeje al cien por el camino para Lafarge, o por lo menos así lo interpretan desde el Bloc Nacionalista Valencià que es la formación más enfrentada a la erosión de la Montaña Romeu. Tal y como interpreta la resolución la edil Teresa Garcia, el texto no dice que la denegación de la DIC fuera errónea, sino que cayó en un defecto de forma, con lo que, siempre según la interpretación de los nacionalistas, Lafarge no puede conseguir, al menos con la actual ley, la Declaración de Interés Común.
Ante este panorama el ayuntamiento abordará la explotación de la Montaña Romeu con el riesgo de encontrarse un pleno dividido en dos bandos enfrentados: uno estaría formado por los que se alineen al lado de los planteamientos de la empresa, que siempre ha alegado que no abrir la montaña pondría en peligro la integridad de la plantilla —y en el que podrían encontrarse los ediles del PP, PSOE y SP que llevan meses intentando no enfrentarse a la cementera ni cuando ésta decidió despedir a 12 trabajadores que la justicia le había obligado a readmitir—y otro formado por aquellas formaciones que no sólo se oponen a convertir un suelo forestal municipal en una cantera sino que consideran que una empresa que rompió unilateralmente en 2005 las negociaciones con el ayuntamiento al pedir la DIC, no debería ahora encontrar la comprensión del consistorio— en la que ya está confirmado el Bloc y previsiblemente se alinearía Esquerra Unida. A pesar de que de confirmarse este escenario los partidarios del sí serían mayoría, las posturas están tan enfrentadas que el Bloc ya ha anunciado que tomará la medida que considere necesarias si se opta por la cesión de un espacio municipal para que sea destruido a manos de un particular.
