El conseller de Educación en uno de sus actos
Para entender la situación hay que comprender cómo funciona el sistema de ayudas de la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana.En vez de comprar los libros o aplicar el descuento directamente en el precio de venta, Conselleria entrega a los padres el llamado bonolibro, un cheque de ayuda, siempre superior a los 100 euros, que entrega a los padres, en vez de a los libreros, para que estos puedan escoger en qué negocio comprarlo. Los libreros, al recoger estos cheques, aplican directamente el descuento a los clientes y luego los remiten a una empresa de Alcobendas, llamada Educadhoc, que es la intermediaria entre la Generalitat Valenciana y los comerciantes valencianos.
Sin embargo, este año, los libreros no han recibido aún más que una carta de la citada empresa reconociéndoles el número de bonolibros recogidos en su nombre, pero sin rastro del dinero ni de una fecha que aclare cuándo podrán recuperar el dinero que han adelantado a la Generalitat Valenciana.
Las perspectivas no son buenas, aunque la mayoría de tiendas sólo han notado retrasos de este arranque de curso, lo cierto es que algunos de los comerciantes locales denuncian retrasos desde febrero de este mismo año, lo que parece indicar que el problema es bastante grave. «Para muchas librerías la venta de libros de texto significa entre el 50% y el 60% de las ventas del año y no somos precisamente un sector tan fuerte como las farmacias para vivir de las reservas» denuncia uno de los afectados.
Ninguno de los libreros quiere dar su nombre pero sí reconocen que existe mucho miedo entre el gremio de libreros. «Los padres no notan nada, pero a nosotros nos han dejado francamente heridos, hemos adelantado un dinero que ahora no tenemos, y nuestros proveedores también notan la crisis y, aunque lo pedimos, tampoco pueden hacer grandes sacrificios para ayudarnos porque si nos fían no podrán pagar sus nóminas» declara otro librero de la ciudad.
La situación es tan grave que se no sólo han obligado a despedir personal o a acudir al ICO en busca de préstamos para poder seguir funcionando, sino que alguna librería ha empezado ya a reducir su horario comercial en busca de recortar al máximo sus costes aún a costa de la pérdida de posibles clientes, y lo más grave es que esta medida es cada vez más considerada por los comerciantes locales «somos negocios pequeños con márgenes aún más pequeños. Casi todo lo que cobras es para pagar los costes, y no nos están dejando otra opción» asegura una propietaria.
Protestas Cara al Público
Aunque alguna librería local ya ha empezado su particular campaña informativa, los comerciantes también están coordinando con el gremio de libreros para iniciar una campaña por toda la Comunitat con carteles como los que se están repartiendo en las farmacias para que la gente se entere de, textualmente,«lo que nos está haciendo a todos los libreros la Generalitat Valenciana».
La indignación es el estado más extendido entre los comerciantes afectados que creen que la Generalitat ya sabía que esto iba a pasar. «En septiembre ya sabían que no iban a poder pagar, eso ha sido pagarles yo la campaña electoral» declara una propietaria. «Es muy fácil prometer ayudas para todos cuando resulta que no las vas a pagar tú» señalan desde otro local.
Los libreros, a través de su agrupación gremial han intentado sin éxito ser recibidos por el conseller de educación, José Císcar, o por los responsables de los pagos, sin éxito «sólo desde Alicante parece que se ha conseguido una reunión pero no una fecha» confirman desde las librerías.
