He leído un artículo (no recuerdo de quién), en el que su autor se preguntaba cómo es que la Tierra está suspendida en el espacio sin ninguna base que la sustente, y sin caer hacia ninguna parte por efecto de algún tipo de gravedad. Quizá esa persona fuera tan ignorante como yo, pero como uno es muy curioso, aunque sus nociones de física se limitan a las estudiadas en el bachillerato, y esto me parecía un poco surrealista, casi del orden de aquello por lo que la Iglesia en su día quería condenar a Galileo Galilei, he intentado buscar algo que pudiera explicar este galimatías. Y he descubierto lo siguiente:

La Tierra no está suspendida en el espacio sin ninguna base. La Tierra se dirige directamente hacia el Sol, es decir está cayendo (si se puede decir así); pero no hemos de alarmarnos por eso, porque en 4.500 millones de años, se han producido 4.500 millones de caídas, pero parece ser que esas caídas no son de las de dar en una diana, porque si hubiese llegado la Tierra al Sol, ahora no lo estaríamos contando.

Todos sabemos de alguna manera (menos los geocentristas) que la Tierra orbita alrededor del Sol, es decir, la Tierra viaja a una velocidad tal que consigue en cada órbita esquivar al Sol, lo que puede significar que la Tierra «falla» en su caída.

La Luna también cae hacia nosotros, y le sucede lo mismo, porque la distancia es tal, que llega un momento que orbita y orbita, que es lo que ha hecho desde millones de años. Esto puede hacernos pensar que si la Tierra estuviese más cerca del Sol, y la Luna más cerca de nosotros, la velocidad alta que poseen ambos astros no bastaría y todo se iría al carajo.

En el Universo no hay nada que esté suspendido sin ninguna base, porque el sistema solar también circula hacia el centro de la galaxia, donde parece que hay un agujero negro, y nuestra galaxia se dirige también a un cúmulo de galaxias, mucho más grande, que se conoce con el nombre de «El gran atractor». Esa es la forma en la que funciona el Universo (que me corrijan los entendidos si no es así); pero malinterpretamos la gravedad, porque en la Tierra somos tan diminutos, que esa velocidad no la podemos conseguir, y no podemos de repente, pegar un salto y empezar a orbitar en el espacio.

No sé si todo esto es así de sencillo, o hay algo más complicado que se escapa a nuestro conocimiento (o solo a mi conocimiento), pero lo cierto es que somos tan insignificantes los seres humanos, que lo que conocemos de nuestro planeta es como la gota de agua de todos los océanos o como un grano de arena de todas las playas, pero somos tan arrogantes que lo queremos entender todo, lo queremos analizar todo, y cuando no llegamos a comprender algo recurrimos a la religión para encontrar explicación a lo que hoy por hoy es inexplicable. Pero tenemos que seguir indagando. La ciencia no puede detenerse, y no debemos recurrir a la fe pues entonces nuestro conocimiento dejaría de avanzar.