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José Manuel Pedrós García

Los Bacha Bazi

Viernes, 25 Noviembre 2022 21:05

Los Bacha Bazi son jóvenes utilizados tradicionalmente por los hombres con más poder de Afganistán para su entretenimiento. Los compran a familias sin recursos, y algunas veces son secuestrados. Son tratados como simples juguetes sexuales, bailan maquillados y vestidos de chicas, y son violados en muchas ocasiones, estando obligados a respetar todas las normas de sus compradores y aceptar todas las perversiones que se les ocurren a sus amos. El sistema afgano ha decidido dejar impune esta red de explotación sexual a niños, disfrazándolo como una «tradición».

Algunos de los potentados, se valen de su vulnerabilidad para ofrecerles dinero a cambio de que los chicos bailen para ellos maquillados y disfrazados. Esta propuesta, que podría parecer inocente, esconde una práctica de esclavitud sexual y de violaciones continuadas. Los «boy play» —según la terminología inglesa—, que acceden a estos servicios, suelen ir a eventos sociales, sobre todo a bodas, donde bailan vestidos de chicas ante un círculo masculino; pero después de los bailes, muchos niños son obligados a hacer algún tipo de práctica sexual para sus «dueños», práctica sexual que no pueden eludir, al no contar para nada su opinión o su voluntad.

En el año 2017, el nuevo Código Penal del país puso fin a la legitimación de estas prácticas, pero eso sólo fue en teoría. Los artículos 579 y siguientes, hasta el 586 del capítulo Cinco de esta Norma, protegían a los niños del abuso sexual, penalizando muchas de las prácticas de violencia contra ellos, incluso de los que son utilizados como mero entretenimiento de los adultos y de las Fuerzas de Seguridad Nacional de Afganistán (ANSF).

Afganistán, que fue una nación criticada por su tolerancia hacia ciertos crímenes, endureció su legislación para limitar el Bacha Bazi. Esto sería una medida para combatir a los talibanes, que realizaban constantes atentados contra sedes del gobierno, pero algunas organizaciones de derechos humanos temían que los parlamentarios conservadores suavizaran el texto para frenar su aplicación, pues era frecuente esta práctica entre los jefes de guerra, militares y policías, pero también entre algunos políticos y otras personas influyentes y ricas.

Los expertos opinan que la segregación de sexos, en la conservadora sociedad afgana, favorece el Bacha Bazi («jugar con niños» en lengua darí). Los sediciosos talibanes, que combatían a las fuerzas gubernamentales, se sirvieron del Bacha Bazi para infiltrar a chicos entre las fuerzas de seguridad afganas y así dirigir ataques, aumentando la inseguridad en muchas provincias inestables.

Nader Nadery, consejero del presidente afgano Ashraf Ghani, dijo en 2017: «Hay todo un capítulo que criminaliza la práctica en el nuevo Código Penal. El código debería ser adoptado este mes de febrero, lo que supondría un gran paso en esta práctica horrible».

Aplicar las medidas necesarias para eliminar la violencia contra las mujeres y prohibir el reclutamiento de niños soldados es muy complicado, sobre todo cuando hablamos de que hay personas implicadas que son muy influyentes. Para el gobierno talibán actual la lucha contra la esclavitud sexual no parece ser una prioridad importante, pues algunos comandantes, sospechosos de cometerla, son «demasiado importantes desde el punto de vista estratégico para ser destituidos». A esto hemos de añadir que cuando los talibanes se hicieron con el poder, muchos de los derechos fundamentales de las mujeres y de las niñas se perdieron. Los talibanes garantizaron que se respetarían los derechos de las mujeres, sin embargo, los pequeños avances logrados en los últimos veinte años han retrocedido con una rapidez inusitada.


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