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Ainhoa Alberola Lorente

Cultura e incultura

Viernes, 29 Julio 2022 21:07

Una de las cosas que más me gustan del verano es la cantidad de planes culturales que de repente brotan por todas partes en la comarca. Mis amigos y amigas de fuera confirmarán que soy la pesada número uno en vender la cantidad de cosas interesantes que hay para hacer por aquí en cuanto asoman los meses estivales, desde conciertos a monólogos o teatro. Tenemos el enorme privilegio de poder disfrutar de grandes proyectos culturales como Sagunt a Escena, pero también de otros más humildes e igualmente gratificantes, como los chiringuitos de playa y bares que en estos días programan tantas actuaciones y actividades. Estos pequeños promotores, que en muchas ocasiones organizan sus eventos a entrada libre, son dinamizadores culturales imprescindibles en el municipio y hacen que en estos momentos se sienta más vivo que nunca. De verdad, qué orgullo me da no tener que ir a València y sentir mi comarca alegre, activa y divertida. No quiero mencionar a ninguno de estos proyectos en concreto porque siempre correré el riesgo de dejarme alguno, pero bravo a todas las personas que están detrás sacándolos adelante.

Me parece una verdadera lástima que este ambiente tan estimulante y que nos posiciona como un núcleo cultural en la zona norte de València no tenga un mayor impulso desde lo público. Tengo que decir, que la programación cultural de esta temporada ha sido una maravilla, con obras y conciertos de primer nivel de los que he podido disfrutar en buena parte y desde aquí, mis más sinceras felicitaciones a la concejalía, porque cuando las cosas se hacen bien, también hay que decirlo. Pero llega el verano y mucho se pierde, algo se sostiene en Sagunt a Escena, sí, pero sigue faltando un componente popular de actividades accesibles que llenen nuestras calles y plazas. En la mayoría de pueblos este impulso cultural estival se vehicula a través de las fiestas patronales que, desde la laicidad de la administración, deberían de llamarse simplemente fiestas de verano. En este municipio se sigue apostando por el maltrato animal como componente aglutinador, con otros elementos poco interesantes, más allá de alguna actuación esporádica. Además, todo centralizado en recintos feriales a las afueras de los núcleos urbanos, para terminar de apuntalar su esencia de fiesta estanca y privativa en la que quien no sea del club del goce con el sufrimiento animal, directamente no tiene lugar.

También lo público tiene que estar ahí para hacer apuestas culturales distintas, incluso corregir desigualdades que se puedan dar en las programaciones privadas. Un ejemplo muy típico de esto son los carteles que no dan ningún tipo de espacio a las artistas femeninas. Con la de mujeres que hay con increíble talento en múltiples disciplinas, me da vergüenza ver como todavía hay carteles en los que se pueden contar con los dedos de una mano y eso está pasando hoy y aquí, en nuestra propia comarca. Recuerdo a principios de este mes cuando un conocido local de comedia publicaba su espectacular programación para el verano en la que en más de una treintena de actuaciones únicamente habían contado con una mujer. Algo malo, sí, pero, sin duda, peores han sido las respuestas de la gerencia ante las críticas recibidas, con argumentos tales como que las mujeres venden menos, algo notoriamente falso y más en plena era de las cómicas mujeres, o que ponen un nivel de exigencia demasiado alto, porque claro, ¡mujeres artistas, sed un poquito más agradecidas y si os dan la oportunidad, actuad bajo cualquier condición, aunque sea casi gratis! A ver si estos gestores van a ser los mismos que los de la ‘Chocita del Loro’, aquel local de comedia en Madrid que dijo que las mujeres no tenían bastante nivel para actuar. O al menos ambos locales tienen la misma mentalidad misógina. Si es que ya lo adelanté cuando dije que la Chocita del Loro está en todas partes, cómo no, también aquí.

Como devoradora de cultura que soy, este pueblo está a punto de darme todo aquello que pensaba que solo encontraría en las ciudades. Tenemos cines, festivales de música, teatro, conciertos y otras actuaciones con más o menos asiduidad… Solo falta un empujón para que seamos un referente. Necesitamos un mayor apoyo a los proyectos culturales locales para que los nuevos talentos jóvenes no tengan que marcharse para desarrollar su carrera profesional. Además, unas fiestas más culturales y menos bárbaras son imprescindibles para conseguir este objetivo y, si no, construiremos nuestras propias alternativas, como la Fiesta de Agosto del grupo cultural de Acero y Vida, que de momento es tan solo un día, el 13 de agosto, pero pueden ser los cimientos para la organización de unas fiestas alternativas más dignas.

¡Muy feliz verano a todas las personas que leen El Económico! ¡Volvemos en septiembre!


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