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José Manuel Pedrós García

Pobres de derecha

Viernes, 10 Enero 2020 19:26

Un reciente diálogo de «Nueva Era» con el periodista Ricardo Ragendorfer sobre la preocupación de desorden social que atraviesa Bolivia desde el pasado 20 de octubre, en que se celebraron comicios presidenciales, ofreció titulares tan impactantes como los siguientes: «El invento más eficaz del capitalismo es la fabricación de pobres de derecha», o «Latinoamérica es un campo de experimentación de modelos neoliberales que cada poco hacen eclosión». Estas afirmaciones de Ragendorfer forman parte de una mirada panorámica sobre la situación que vive toda Latinoamérica, pues situaciones, que en apariencia son diferentes, como las de Bolivia o Chile, son, sin embargo, fruto de la misma desigualdad, que acaba desgastando el modelo hasta que estalla, para que después sus creadores terminen restaurándolo por la fuerza. Esta situación se resume diciendo que el invento más eficaz que se le puede atribuir al capitalismo es la fabricación de «pobres de derecha».

Ricardo Ragendorfer es un periodista e investigador argentino que nació en Bolivia en 1957. Sus padres llegaron a este país en 1938, cuando eran muy jóvenes, procedentes de Austria, de donde partieron huyendo de la barbarie nazi que ya se avecinaba. Cuando su hijo aún no tenía 10 años se instalaron en Buenos Aires, pero Ricardo nunca perdió el contacto con su país natal, siendo la boliviana una de las nacionalidades que hasta hoy mantiene, además de la argentina y la austríaca. «Yo tengo también pasaporte austríaco pero, de algún modo, me siento mucho más orgulloso de ser boliviano que de ser austríaco», dijo al comienzo de la entrevista, y estimó que la situación de sus múltiples nacionalidades «no es ni más ni menos que una tragedia histórica».

«Por un lado —comenta—, el proceso del golpe que comenzó el mismo 20 de octubre en el cual se celebraron las últimas elecciones presidenciales, trae aparejada una “vuelta de tuerca” en materia de desestabilizaciones institucionales y en materia de desestabilización de procesos democráticos, ya que se aleja del modelo de los “golpes blandos” que sucedieron durante la última década (los derrocamientos parlamentarios de Lugo en Paraguay y Rousseff en Brasil). Este golpe se asemeja a los golpes militares de los 70, puesto que, si bien todo comenzó con rebeliones de sectores derechistas de la población, rematados por una insurrección policial, el “tiro de gracia” al gobierno de Evo fue dado por ese ultimátum militar que exigía su renuncia». Esto es lo que indicaba el periodista en su análisis de la situación, y terminaba diciendo que Evo Morales presentó, en efecto, su renuncia a la presidencia, aunque añadía: «Lo cierto es que en circunstancias como éstas, el pueblo armado enfrentándose sin entrenamiento ni concepción militar a unidades de combate —ya sea del ejército o de grupos paramilitares con preparación militar— es algo suicida. Esa actitud (la de renunciar), que algunos comparan con la que tomó Perón en 1955 al ser derrocado y que algunos sectores criticaron, me parece fruto del sentido común. Desde luego hubiese parecido más heroico que la población resistiera con las armas y que “venciera al enemigo”, pero la correlación de fuerzas no favorecía a los sectores populares en ese momento».

En su análisis, matizó también que la renuncia del presidente es una respuesta para tratar de evitar un baño de sangre popular. «Incluso, la posición incruenta del gobierno boliviano, que acaba de ser derrocado, también se traduce en la decisión de Evo de no reprimir a los sectores sediciosos, aun cuando suponía que tenía las fuerzas policiales a su favor. Eso marca una diferencia entre la compulsión sanguinaria de Piñera en Chile y la actitud de Evo Morales», afirmó, tratando de establecer un paralelismo con la actitud tomada por el mandatario chileno al mandar reprimir las manifestaciones populares. «Nueva Era» le preguntó al periodista si los saqueos y destrozos que tuvieron lugar en la casa de Morales se podían comparar con los que se registraron en 1930 en la casa de Hipólito Yrigoyen, al ser derrocado por José Félix Uriburu, a lo que Ragendorfer dijo que «sí se asemejaba, y que también se asemejaba a “La Noche de los Cristales Rotos” en la Alemania de 1938, cuando hordas ultraderechistas atacaban a personas indefensas o a propiedades de personas indefensas».

Durante los últimos días se registraron incendios y saqueos en casas particulares, como la del rector de la Universidad Mayor de San Andrés o la de la hermana de Evo Morales. Respecto a esto, Ragendorfer comentó: «No es que la violencia e insurrección se vuelque sólo a edificios institucionales sino que estamos hablando de hogares de personas inocentes, ataques a familiares o linchamientos callejeros».

El último comentario del periodista hizo referencia a lo que ocurrió con Patricia Arce, alcaldesa del municipio de Vinto, a quien manifestantes opositores a Morales secuestraron, le cortaron el pelo, le escupieron y le orinaron, la bañaron de pintura roja y la obligaron a marchar descalza mientras le gritaban «¡asesina!». «Son hechos que homenajean a las peores gestas de la humanidad durante el siglo anterior», comentó.

Para Ragendorfer, los acontecimientos recientes de este país tienen mucho que ver con el hecho de que el territorio latinoamericano se ha convertido en un lugar de lucha de potencias internacionales como Estados Unidos, Rusia o China. «De algún modo, Latinoamérica es en los últimos 30 años, o desde las últimas dictaduras militares, un campo de experimentación de modelos neoliberales que cada poco hacen eclosión. Supongo que es eso lo que está pasando en Latinoamérica. En ese sentido, situaciones aparentemente distintas como las de Bolivia y el levantamiento popular en Chile, son fruto de la misma desigualdad: De una situación en la que confluyen el desgaste de ese modelo (modelo que termina explotando) y la necesidad de sus autores de restaurarlo por la fuerza». Si analizamos el próximo escenario político latinoamericano, en el que deberán articularse gobernantes más progresistas, Ragendorfer estimó que «ya es un escenario bastante conflictivo porque, además de existir sectores vinculados a grupos económicos concentrados, medios periodísticos que junto con determinados sectores de los servicios de inteligencia y de la justicia articulan lo que se ha dado en llamar la “lawfare” (la judicialización de la política), también hay una gran cantidad de sectores dentro de la sociedad civil que de algún modo consumen de manera bastante acrítica toda una serie de directivas ideológicas que emanan de esos factores de poder».

«En definitiva, puedo resumir esta situación diciendo que tal vez el invento más eficaz que se le puede atribuir al capitalismo es la fabricación de pobres de derecha».


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