¿Qué voy a contaros de la cobertura que los medios de este país han dado al entierro de una señora que nada nos importa? Después que vengan a contarnos lo ridículo y lastimosos que son los grandiosos eventos de culto a la personalidad que se dan en Corea del Norte a Kim Jong-un..
Todo esto nos importa un bledo; bastantes problemas tenemos por aquí. Lo que ha sorprendido es ver a nuestros cuatro reyes juntos y revueltos. ¿Creíamos que esto no iba a ocurrir? La ocasión la pintaban calva: todos los focos estaban en la reina muerta, no en “el campechano” ni en su querido retoño; cualquier comentario al respecto se entendería como una falta de consideración al Reino Unido y, por otro lado, estando toda la Prensa del Movimiento junta ¿Quién iba a atreverse a tirar la primera piedra? Así, los estrategas de la Casa Real, han encontrado el modo de “justificar” que Juan Carlos I, después de rodar y robar, rodar y robar, rodar y robar, siga siendo el Rey.
¿Pero no decían que el hijo no quería saber nada del padre? ¡Qué inocentes! Cuestión de tiempo. Los españoles somos muy, muy, muy crédulos, y esto se hace más patente conforme la trola es más grande. Una enorme lección de candor es que haya funcionado tan bien eso de que Felipe VI renunciaba a la herencia de su padre cuando “se descubrió” que este era un ladrón. Se entendió que renunciaba al dinero negro de su padre, o sea, que no renunciaba a nada tangible ni visible. Además, pueden decir que ese parné se lo ganó con el sudor de su frente, los Borbones, ya se sabe, son capaces de esto y mucho más.
Lo que la gente, candorosa e ingenua no piensa ni relaciona, es que si el Felipe ha declarado públicamente que renuncia a la herencia de su padre, debe abdicar, puesto que como Príncipe Heredero de la Corona ha pasado a ser Rey. Esa es la herencia ya recibida a la que no ha hecho ascos y a la que no está dispuesto a renunciar.
Y no hablemos de legitimidad: la historia de los Borbones es tan negra que sería más legítimo heredero de la corona cualquier persona a la que le tocase ésta en un sorteo de los iguales. Su “legitimidad” vino de la mano de Franco en la figura del actual “Emérito”. Después, de sobras sabemos a lo que este ha venido dedicándose y el morro que le echa a la vida. Hasta él mismo, sabiendo lo bajo que había dejado el listón, decidió abdicar para guardarse las espaldas.
Felipe: la Corona era lo heredable y lo heredado y es a lo único que debes renunciar. Mientras, al menos para mí, solo serás un Borbón más.