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Miguel Álvarez Lozano

El Macho Alfa

Viernes, 14 Mayo 2021 21:08

Vengo siguiendo a Iglesias desde hace mucho: desde que descubrí el Programa “La Tuerka” allá por los años 2010/2011, o sea, desde sus principios televisivos.

Ese programa contenía algo que echaba muy de menos en las TV Nacionales: entrevistas a gente diversa abordando temas y contenidos interesantes. Me gustaba incluso más que algunos buenos programas de entrevistas que se hacían en TV3 y, los aún mejores, de ETB.

Para mí lo diferente, además de los entrevistados y contenidos, era lo discreto y empático que se mostraba Pablo, su presentador, lo que llevaba a los entrevistados a encontrarse muy cómodos para comunicar sin obstáculos sus pensamiento y opiniones. Es lo que se espera de las entrevistas ¿no?

Casualmente, pillé en directo el acto de constitución de Podemos, donde dieron a conocer que se iban a presentar a las cercanas elecciones europeas. Algunas caras ya las conocía. Me gustó la idea, el chorro de aire fresco y la ilusión de regenerar está fétida cloaca o democracia franquista que padecemos.

A partir de ahí he ido siguiendo a Iglesias, observando en este tiempo dos etapas muy diferentes entre sí: la primera disfrutando de un apoyo mediático poco disimulado, siendo entrevistado en Intereconomía y La Sexta como invitado especial, tratado con displicencia por presentadores de colmillos afilados. Se trataba, lo sabíamos todos, de darle cuerda para quitarle votos al PSOE. La cosa cambió radicalmente cuando descubrieron que la habilidad política de Pablo no solo desgastaba al PSOE, sino que amenazaba con el sorpasso: ¡¡Hasta ahí podíamos llegar!!, gritó el Ibex35.

Y, efectivamente, por aquello de que más vale un PSOE en mano que ciento volando, acabó la condescendencia del Sistema con Pablo. A partir de ese momento descubrimos que hay vida más allá de los Pirineos; empezó a hablarse (?) ¡de Venezuela! ¡de Irán! Y se habló mucho. Es increíble el veneno que TODOS los medios del Régimen le pusieron al tema. Duró hasta que se les murió en las manos, sin que nadie pidiese perdón por ello. Pero la lluvia de injurias y falsas denuncias arreció, acompañadas de acoso a sus familiares más cercanos, algo imposible si dispusiésemos de un Estado de Derecho

De todo esto solo ha perdurado el invento de Inda: lo del Macho Alfa. Hoy, retirado, aunque no vencido, es lo único que queda de toda la mierda que le han echado encima: ni rastro de las mentiras y falsas denuncias de que ha sido objeto. Sin embargo perdura esa, la más burda, pero la de mayor éxito.

Querido lector, por favor: haz un pequeño esfuerzo: ¿Has notado alguna vez en Pablo algún detalle machista que te haya hecho ver que esa acusación es cierta? Inda consigue que se vea un Macho Ibérico donde solo hay una persona brillante.


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