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Fernando Cos-Gayón Domínguez

Y además llegó la violencia

Viernes, 26 Febrero 2021 21:08

Con la que está cayendo, con la hostelería cerrada, restricciones de movilidad, cierres perimetrales y, sobre todo, con la pandemia que sigue ahí al acecho sin vacunas en cantidad y prontitud deseada, nos faltaban los actos vandálicos de terrorismo callejero motivados por el encarcelamiento de alguien que, siendo reincidente y sin entrar en detalles de quién es, ha sido juzgado democráticamente y condenado a nueve meses de prisión por enaltecimiento al terrorismo, a lo que hay que sumar otra condena de dos años y medio por amenazar a un testigo de un juicio contra unos guardias urbanos.

Es respetable y nada tendría que objetar si fuesen manifestaciones pacíficas por no estar de acuerdo con esta sentencia, pero no puedo concebir que además de la crisis sanitaria, laboral y económica, ahora en distintas ciudades tengan que sufrir un día sí y otro también, las consecuencias de los estragos ocasionados por los ya conocidos activistas antisistema, que se están manifestando como ya lo habían hecho en 2017 por Valtònyc y en 2019 por los presos del procés.

Nada hay que justifique la violencia y menos cuando, sin venir a cuento, los perjudicados son ciudadanos particulares, dueños de bares que se han quedado sin terrazas, o de coches destrozados y escaparates reventados. Eso sin contar los policías heridos y los innumerables saqueos que, a rio revuelto, realizan los mismos activistas.

Y por si faltaba la hostelería y restauración siguen cerradas sin que, como asegura el presidente de los hosteleros de España, José Luis Yzuel, se haya podido demostrar en qué se basan para tomar una decisión tan drástica y se alegra "de que haya jueces valientes que le digan a los de Sanidad que se puede legislar, pero no campar por libre y que hay que justificar las medidas".

¿De verdad creen en Sanidad que los contagios se producen en los restaurantes o más bien se ha demostrado que provienen de reuniones familiares, sociales y fiestas clandestinas? Precisamente en restaurantes se respetan las normas higiénicas, distancias entre mesas, etc., pero por el contrario ahora vemos a trabajadores que no pueden sentarse a comer de forma digna y cómoda en un restaurante o terraza, debidamente desinfectados y con las debidas condiciones sanitarias, teniendo que hacerlo en condiciones mucho más precarias en los bancos de parques o jardines, y hasta en las aceras cercanas a su lugar de trabajo.

Cuando escribo dicen que el 1 de marzo se inicia una tímida desescalada, para abrir parcialmente sólo las terrazas, pero ¿y los comercios por la tarde? ¿y el retraso de las ayudas eficientes (no simbólicas) a los comerciantes, como se ha hecho en otros países por el cierre forzoso de sus negocios?


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