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Alfredo Castelló

¿Pero esto qué es?

Viernes, 22 Abril 2016 10:52

La capacidad de análisis creo que la llevo inserta en algún nucleótido de mi ADN. Algunos colaboradores míos siempre han dicho que detecto los errores en décimas de segundo. No lo es tanto, pero tiene algo de cierto. Eso me pasó cuando el viernes, ya casi sábado, me llegó el mail de El Económico con el número de la semana pasada, dije: ¿Pero esto qué es?
 
Por un lado aparecía la realidad: “Galmed abrirá este 2016”, “Sin convenio, Lafarge tiene todos sus derechos de explotación en Romeu hasta 2042”, ”El tripartito sigue centralizando servicios en Sagunto”, “El alcalde y su gobierno han mentido a los trabajadores de Bosal”, “El PP denuncia que el tripartito tiene un millón de euros en facturas sin pagar” y, finalmente, “Si se aprueba un nuevo mercado exterior los sábados en Sagunto, más de 300 familias irán a la ruina”.
 
Por otro lado aparecían los políticos del gobierno municipal: El alcalde hacía un artículo titulado “República, memòria y reconeiximent”, una concejala y un asesor de EU al alimón hacían otro artículo titulado “Dignidad y lucha ¡A por la tercera! (República, se entiende).
 
Mientras tanto, también ha habido fotos del acto pseudo partidista del “Aplec del Puig” con el alcalde, de nuevo envuelto en la bandera de Sagunto -haciendo una utilización espuria de la misma y del acto, aunque no es la primera vez que utiliza de forma partidista esa similitud con la senyera de los catalanes-. Otra gran foto de la fachada del ayuntamiento con el alcalde y concejales de Compromís, Podemos y Esquerra Unida con los puños en alto, la bandera republicana y evidente sobreactuación. Finalmente, la foto compensatoria de la Tenencia de Alcaldía del Puerto, en la que dos concejales “progresistas” izan la bandera de la República con menos efectivos, pero la misma emoción impostada.
 
Pero por si la enajenación de la realidad no fuera suficiente, en redes sociales aparecía la guinda: una foto de una concejala de Compromis junto a dos asesores de su partido y otro de Esquerra Unida degustando unos magníficos gin-tonics pasadas las cinco de la tarde bajo el lema “Convergencia un lunes cualquiera #2016 #genteguapa”. Pero vamos a ver, de verdad, ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Es necesaria esta exhibición de poco seso y, lo que es peor, poca sensibilidad social? ¿Estos son los que nos hicieron a mí y a los concejales del PP un escarche tras la toma de posesión de la alcaldía en 2011? Venían a tirar a la casta ¿Para esto? Como dirían los americanos ¿Really? ¿En serio?
 
Seguramente estas actitudes de puños en alto, banderas y gin-tonic les evaden de la realidad y les alejan de los problemas reales de la gente, pero ¿Para esto se presentaron a las elecciones? Seguramente todo esto les parece ejercer la memoria histórica y saldar cuentas. No lo sé, no los comprendo, pero ¿Con quién? Incluso pueden pensar que es muy cool, muy guay y demuestra que los de izquierdas son gente que mola. No sabéis cuánto: tenéis a la gente caliente.
 
Creo que los votantes estarían más satisfechos si alguien del gobierno hubiera sido lo suficiente de fiar como para que Thyssen-Galmed les hubiera contado que van a reabrir la fábrica, en vez de enterarse por la prensa, como sucedió. Estarían más satisfechos si no les echara en cara el Ministerio todo lo que han tardado en ir a ver qué se hacía con el plan de reindustrialización. Estarían más satisfechos si no se les pudiera acusar de engañar a los trabajadores de Bosal. Estarían más satisfechos si conocieran porqué se hizo el convenio de Lafarge y no pusieran en juego 500 empleos y, además, el monte de Romeu hasta 2042. Estarían más satisfechos si tomaran medidas para acercar servicios al ciudadano y descentralizar los servicios públicos. Estarían más satisfechos si pagaran a los proveedores del Ayuntamiento el millón de euros que deben. Estarían más satisfechos si defendieran los 300 puestos en juego por no escuchar a los vendedores ambulantes del mercado. En definitiva, estarían más satisfechos si se preocuparan de la gente, de los trabajadores y de las empresas de su ciudad.
 
Así lo pienso y así debo de decirlo. Mi voluntad es no hablar de temas locales en estos artículos y lo grave es que no lo he incumplido: esto pasa en la Comunidad Valenciana exactamente igual, con distintos protagonistas, pero idénticos partidos. Sirvan pues, los temas y personajes locales para ilustrar mejor el artículo sobre una realidad que transciende, penosamente, a nuestra ciudad.
 
Que conste, finalmente, que aspiro a seguir hablándome con una parte importante de mi familia, a los que quiero, que son republicanos de verdad — ellos sí han luchado y sufrido — y, muchos, son de puño en alto. Otros familiares solo son de República, pero no de izquierdas. Todos ellos son demócratas que han dado siempre ejemplo y actuado con respeto hacia la gente. Lo son hoy, como lo fueron sus abuelos y estoy convencido de que lo serán siempre. La diferencia es que los míos no necesitan actos de autoafirmación, ni postureo alguno, para demostrar en lo que creen. No les hace falta demostrar nada a nadie. Les basta con saber quiénes son y en lo que creen. No tienen que recordárselo a sí mismos todos los días. Como yo, también lo llevan en algún nucleótido de su ADN.

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