El 20 de diciembre, los valencianos, los españoles, estamos llamados a las urnas para decidir si queremos 4 años más de Rajoy, o queremos un cambio que garantice el futuro de la mayoría. Para tomar una decisión, lógicamente, es necesario conocer la situación en la que nos encontramos y analizar las alternativas que se nos presentan.

¿Dónde y cómo estamos?, ¿Cómo nos ha dejado el Gobierno del PP?. El Balance de la legislatura de Rajoy la podríamos sintetizar diciendo que hoy en España hay más desigualdad, los españoles y los valencianos somos más pobres que hace 4 años, más recortes en derechos y en libertades, y más corrupción.

Rajoy hizo una REFORMA LABORAL que ha precarizado el empleo, aumentando la temporalidad y el trabajo a tiempo parcial, con salarios más bajos y debilitando la negociación colectiva; prometió crear empleo, pero acabará la Legislatura con la misma tasa de paro con la que empezó. Ha hecho recortes en Sanidad y Educación. Ha instaurado COPAGOS médicos y farmacéuticos injustos y ha estrangulado la Ley de la DEPENDENCIA y los servicios sociales cuando más falta hacen. Ha aprobado una ley del ABORTO más restrictiva, una Ley de EDUCACIÓN que nos devuelve 30 años atrás, recortado becas y aumentado las tasas universitarias. Rajoy se va a ir del gobierno con más crisis social, por el aumento de la desigualdad; con más crisis territorial, con la amenaza de una separación de Cataluña; y con más crisis institucional, con un desprestigio de la política nunca visto en España, y niveles de corrupción intolerables. Rajoy ha sido, sin duda, el peor presidente que podíamos tener los españoles y los valencianos.

Rajoy, también ha presidido el gobierno que más ha maltratado a la Comunitat Valenciana. Nos ha situado en el furgón de cola en inversiones, no han atendido las necesidades de financiación. Solo se acuerda de Valencia para recolectar votos y prometer lo que ya prometió hace 4 años y no ha cumplido. Sin embargo, cuando ha habido gobiernos socialistas la inversión que se ha realizado en la Comunitat ha sido la más alta que se ha realizado jamás: el AVE, la A-7, la modernización de los regadíos…

Las elecciones del 20-D son claves. Hay dos grandes retos que afrontar. En primer lugar, la recuperación económica: con empleos dignos y bienestar para las mayorías, frente a las  prebendas y privilegios para unos pocos. Por otra parte, este país necesita un nuevo impulso reformista, para limpiar las instituciones, para blindar derechos sociales y para mejorar la convivencia en solidaridad entre los diversos territorios de España.

En este contexto, sólo hay dos posiciones posibles: el cambio o la continuidad, el reformismo progresista o el inmovilismo de la derecha. En definitiva, PSOE o PP, Pedro Sánchez o Mariano Rajoy. Sin duda, hay otras opciones, son opciones legítimas y respetables, pero no son opciones reales de Gobierno, por eso, acabarán ejerciendo como apoyos directos a la continuidad de la derecha, o como responsables de la dispersión del voto progresista que apuntala indirectamente a Rajoy.

Tras cuatro años de retrocesos sociales y de fracturas territoriales, España necesita un nuevo proyecto de país, que una a los ciudadanos para asegurar un futuro mejor a las generaciones presentes y futuras.

El primer gran reto de los españoles es el de una recuperación económica solvente y justa para la mayoría, con el PP en el Gobierno, solo unos pocos se aprovechan de la recuperación económica, mientras la mayoría sigue sufriendo las peores consecuencias de la crisis. La derecha habla del crecimiento del PIB, pero la economía que viven las familias españolas sigue deteriorándose por culpa de los recortes sociales y la precariedad laboral.

El segundo, la reforma de nuestras instituciones democráticas, actualizando y perfeccionar nuestro modelo de convivencia, blindando en la Constitución los derechos sociales más relevantes, como la sanidad, la educación, las pensiones o la atención a la dependencia. Hay que modernizar nuestras instituciones, haciéndolas más transparentes, más participativas y más capaces para rendir cuentas a los ciudadanos; también hay que ofrecer nuevas respuestas al desafío territorial. Solo un modelo territorial nuevo, pactado y en clave federal puede garantizar las tres grandes condiciones que vertebran la convivencia en democracia entre los españoles: el reconocimiento a las singularidades diversas de cada territorio, la solidaridad entre todos ellos, y la igualdad de los españoles, vivan donde vivan.

Sólo un Gobierno Socialista puede garantizar un nuevo Estatuto de los Trabajadores en el que los contratos fijos serán la norma, y los contratos temporales serán una excepción limitada; la Universalización de la enseñanza pública de los cero a los 18 años, con un millón de nuevas plazas en la Formación Profesional Integrada; un Ingreso Mínimo Vital para todas las familias sin recursos, que aumentará en función del número de hijos, y que nos permitirá acabar con la pobreza infantil en cuatro años; la Modernización de la economía española, impulsando los sectores industriales más innovadores y competitivos para que la industria recupere el 20% del producto nacional y del empleo; una reforma fiscal justa y valiente, que grave menos al trabajo y que grave más a la riqueza y a la contaminación;  un nuevo consenso político y social para reformar la Constitución de 1978, reconociendo las singularidades de cada territorio y garantizando tanto la unidad de España, como la igualdad de derechos de todos los españoles.

El 20 de diciembre nos la jugamos todos: los primeros los ciudadanos que no pueden soportar más recortes y precariedad a la que nos ha llevado el PP.  En mayo de 2015 se inició el cambio en los Ayuntamientos y en la Generalitat, ahora debemos cerrar el círculo en la Moncloa.

Los ciudadanos tenemos que decidir si queremos seguir con un modelo que defiende únicamente los privilegios del 10% de los ciudadanos, frente a otro que persigue el interés de la mayoría. El modelo de los recortes frente al de la justicia social. El modelo de las desigualdades, frente al de las oportunidades. El modelo de la corrupción o el de la tolerancia cero con todo lo que no sea política limpia. Optar, en definitiva, por el modelo del PP o del PSOE. Los socialistas estamos en condiciones de ganar. Por ese motivo, vamos a buscar el apoyo de una amplia mayoría social para formar un Gobierno de cambio. Para conseguirlo debemos acumular fuerzas en la única opción que puede ganar las elecciones y gobernar el país: el PSOE y Pedro Sánchez.