Los procesos congresuales siempre son un momento propicio para analizar y reconsiderar la estructura programática del proyecto político para el futuro más próximo. En ese sentido, el 40º Congreso Federal del PSOE, celebrado este pasado fin de semana en Valencia ha servido para reivindicar el pasado y el presente del partido, pero también para sentar las bases identitarias e ideológicas.
En el momento actual en el que nos encontramos, saliendo de una terrible pandemia y dirigiéndonos a una recuperación sanitaria, social y económica, resulta más necesario que nunca reafirmar el proyecto socialdemócrata con una apuesta por el Estado del Bienestar, donde el PSOE se reivindica como la izquierda de gobierno y como instrumento para combatir todas las desigualdades, en una España multinivel moderna, desarrollando el Estado de las Autonomías en un sentido Federal como la mejor solución al conflicto territorial y para responder a la pluralidad y diversidad de las Comunidades Autónomas.
Desde un punto de vista fiscal, es necesario reconsiderar la tributación sobre la riqueza acometiendo un proceso de armonización. Esto debe abordarse conjuntamente con la revisión del tratamiento de las rentas del capital en el impuesto sobre la renta para asegurar la adecuada tributación de los contribuyentes con mayores rentas y grandes patrimonios, sin aumentar la carga de las clases medias, mejorando la justicia fiscal y reafirmando el compromiso con la reconstrucción de un sistema fiscal progresivo, que contribuya directamente a la redistribución de la renta.
En cuanto a la reforma laboral, la prioridad a corto plazo no puede ser otra que derogarla por bloques en los aspectos más lesivos y recuperar el nivel de peso de salarios previo a la crisis, preservando la fuerza vinculante de los convenios, garantizando una alta tasa de cobertura de estos y recuperando la asignación de responsabilidades entre los distintos niveles de negociación previa a 2012, acabando así con el poder unilateral que la reforma del PP entregó a la empresa en la fijación, por ejemplo, de los salarios. Complementariamente, en situaciones de crisis o restructuraciones, se debe potenciar la prioridad de los procedimientos de flexibilidad negociada, como los ERTE o la reducción de la jornada laboral, frente a los de flexibilidad externa, convirtiendo los despidos realmente en la última opción.
También se plantea la necesidad de revisar y actualizar los acuerdos con la Santa Sede, ya que son de hace más de 40 años, algunos previos a la Constitución. Esta revisión debe realizarse en diálogo con la Iglesia, buscando el consenso e impulsando desde el Gobierno unos nuevos acuerdos con el Vaticano propios de nuestro tiempo, en el marco de los valores y principios de la democracia constitucional y desde el respeto mutuo y adecuada distinción entre el Estado y la Iglesia, beneficiosa para ambos.
Por lo que respecta a la prostitución, el compromiso es el de dar los pasos necesarios para la aprobación de una normativa que regule el abolicionismo, centrando la responsabilidad en los empresarios, usuarios o consumidores. Así mismo, deben desarrollarse las medidas necesarias de apoyo integral a las mujeres en situación de prostitución, comprometiéndose con la consecución de la abolición de la trata de seres humanos. En este sentido, se propone considerar la trata como un motivo justificado para solicitar asilo en nuestro país, tal y como sucede con la persecución por motivos de género, orientación sexual o violencia de género.
Es tiempo de reivindicar desde el ámbito local la asunción de competencias de programas y servicios de proximidad junto a la correspondiente financiación, respondiendo a las demandas que hemos realizado los gestores municipales, poniendo como ejemplo las dificultades que encontramos para hacer frente a la COVID. En definitiva, se trata de apostar por humanizar la política desde el municipalismo, como un instrumento para conectar con la ciudadanía, que es lo que se demanda de los políticos, ante los debates alejados que se escuchan frente a lo que de verdad importa a los ciudadanos y las ciudadanas.
La realidad presente nos ha demostrado que el actual modelo de crecimiento no sirve y, en este proceso de transformación se tendrán que combatir al mismo tiempo las desigualdades y repartir de manera equitativa los costes del cambio de modelo. En ese sentido, el PSOE se define como un partido de progreso que defiende los derechos de los trabajadores y trabajadoras, y como un partido feminista y ecologista, con un proyecto político para el futuro que reconoce en un lugar destacado los valores republicanos de la igualdad y la fraternidad.
Fco. Javier Timón Saura
Concejal de Actividad Física, Salud y Deportes del Ayuntamiento de Sagunto