Cómo hacer una campaña en Sagunto y no morir en el intento

Escrito por Bernardo Bartolomé de la Plaza
Viernes, 22 Mayo 2015 15:57

Termina mi primera campaña electoral. Una campaña larga y pesada. Les confieso que llego al final con lo justo. Con lo puesto. Y admito que en algún momento he pensado en tirar la toalla. Me preparé para un combate de esgrima, un enfrentamiento entre caballeros, y me he encontrado sumido en una reyerta que, en comparación, haría del Bronx un lugar ideal para criar a los hijos de Ned Flanders.

Hemos tenido que repetir tres veces la pegada de carteles. Solo la primera noche ya nos “desaparecieron” veinte, supongo que por obra y gracia del Espíritu Santo. O por algún pobre desgraciado a sueldo, decidan ustedes. Yo me decanto por lo segundo. Incluso hace pocos días vimos las banderolas del PP enrolladas con bridas. Tiene narices la cosa. El pluralismo político para algunos es solo algo que se pregona en los mítines. Para quedar de súper demócrata y de regenerador a tope. Nuevos tiempos corren, y corren que se las pelan.

En materia de respeto hacia nuestros vecinos tampoco hemos estado muy finos que digamos: carteles en muros y fachadas, en los accesos de entrada al municipio, en transformadores, papeleras e incluso en algún que otro banco. De los de sentarse, de los otros no. Esos no los toquemos, que son los que financian el baile.
Pancartas y tiras de banderitas en lugares no permitidos por la Junta Electoral (está prohibido ponerlas en las rotondas y atravesando calles), todo vale para pedir el voto, aunque sea ilegal. Hasta he visto colocarlas a un candidato encaramado a una escalera cual cabra al son de trompeta en un espectáculo callejero. Animalito. Al bóvido me refiero, no me malinterpreten.

Aunque debo reconocer que la palma se la lleva la carpa montada en un parque de nuestra ciudad. Otra vez la Junta Electoral ha mirado hacia otro lado y ha permitido emplazarla bajo el pretexto de ser una “instalación de asociación vecinal para la realización de semana cultural”. No me negarán que no tiene mérito. Y guasa.

Tal vez el partido que represento ha cometido el error de intentar cumplir la legalidad electoral al 100%. Tal vez nunca ganemos unas elecciones sin ponernos al nivel del político pícaro, tahúr o fullero. O sinvergüenza, como consideren mejor. Tal vez nos hayamos equivocado con nuestra estrategia. Tal vez. Pero les puedo asegurar que me siento orgulloso. Y también les aseguro que me volvería a equivocar una y mil veces. Quiero creer que el tiempo acabará dándonos la razón. Como dijo Martin Luther King: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”.

Bernardo Bartolomé de la Plaza
Candidato de UPyD a la alcaldía de Sagunto

 

 

SUCESOS

SALUD