Echo en falta, estos días de comienzo de un nuevo curso escolar, que en los colegios públicos de primaria y secundaria no se empiece con una gran fiesta de bienvenida, de la misma manera que al final de curso los niños y niñas, los jóvenes, se despiden del curso con una fiesta, y sí, lo creo firmemente.
Se debería comenzar el curso con una fiesta de bienvenida porque es lo más bonito que podemos hacer por los jóvenes, darles la oportunidad de poner a su alcance el conocimiento, el espíritu crítico, su formación para ser unos ciudadanos libres. Para que esas caras de los niños y niñas, que en general, cuando entran en la escuela, irradian alegría, felicidad, se dan abrazos, saltan de alegría, se completase con una bonita fiesta, teniendo todos y todas asegurada la escolarización hasta las dieciséis años y teniendo abierta la posibilidad de seguir estudiando.
Por otro lado, Camino a la escuela es un largometraje documental de Plisson, donde nos presenta cuatro situaciones muy alejadas de nuestras vidas, y además muy diferentes entre ellas, en cuatro lugares bastante apartados del mundo: Kenia, la cordillera del Atlas (Marruecos), la Patagonia (Argentina) y la India, y no encontraremos una gran película, pero sí veremos cómo unos niños han debido vencer las condiciones más adversas para poder asistir a la escuela, siendo muy conscientes de que sólo así podrán mejorar el mundo en el que viven. Afortunadamente, esta película ha contado con el apoyo de organismos internacionales como la ONU, UNICEF, la UNESCO o Ayuda en Acción, esta película es en sí mismo una declaración de principios.
Ahora sólo queda que todos los niños y niñas del mundo tengan lo necesario a su alcance para aprender y que estas historias sean sólo eso, historias del pasado.
AVISO
La Asociación Cultural Nautilus, informa que el acceso al visionado de las proyecciones programadas, está limitada ÚNICAMENTE a sus miembros.
