Futuro incierto

 
Viernes, 24 Mayo 2013 11:33

Esta tarde, a las 18 horas, todos los ciudadanos de este municipio tienen una cita ineludible en la Plaza de Ramón de la Sota. Hay que acudir masivamente para participar en la manifestación que a esa hora recorrerá el Puerto de Sagunto. La marcha, que concluirá en el emblemático símbolo del alto horno, último vestigio de la desaparecida cabecera siderúrgica, ha sido convocada por la representación social de Galmed para reivindicar la continuidad de la factoría.

No se trata de dramatizas ni de extender el alarmismo, pero si se produce el cierre de Galmed, tal y como han anunciado desde la alta dirección del Grupo siderúrgico ThyssenKrupp Steel Europe, el futuro industrial de Sagunto se verá seriamente amenazado. La principal siderúrgica local, ArcelorMittal Sagunto, acusará el golpe con una caída en su producción de un 10 o un 15%. Por tanto, sería un error de bulto interpretar el posible desmantelamiento de Galmed como un hecho aislado, sin consecuencias para el resto de la industria.
 
Los que vivieron la reconversión siderúrgica de los Altos Hornos del Mediterráneo, conservan fresco en la memoria el recuerdo de una batalla épica, la de todo un pueblo que se entregó hasta el final por la defensa de la fábrica y de su futuro. Apenas han transcurrido tres décadas desde aquellos 14 meses de intensa lucha obrera y, nuevamente, acecha en el devenir otra nueva amenaza. La decisión tomada en Essen, a miles de kilómetros de aquí, por la cúpula de ThyssenKrupp Steel Europe, debe ser revocada por la acción reivindicativa de la plantilla de Galmed, respaldada en todo momento por las fuerzas políticas, todas sin excepción, sindicatos, comerciantes y, naturalmente, la sociedad civil al completo.

Un municipio como el de Sagunto, donde el desempleo se ceba sin piedad, debe luchar sin tregua por la defensa de la industria existente y por la implantación de nuevas empresas. En este sentido, las instituciones deben de echar toda la carne en el asador y, por una vez, defender el interés general. Para que los políticos se impliquen de verdad, más allá de acudir para salir en la foto, es necesario, imprescindible, que el pueblo se vuelque en esta primera acción reivindicativa por la defensa de los puestos de trabajo de Galmed y de la industria siderúrgica local. Así pues, esta tarde hay que ir a la manifestación, sí o sí. Ante esta nueva amenaza no hay más camino que el de la lucha. El 4 de febrero de 1983 se inició la batalla de AHM, hoy, 24 de mayo de 2013, comienza otra pelea: la de la defensa de Galmed y la industria siderúrgica local.

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