El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha destacado que es muy importante prestar atención a nuestros pies durante el confinamiento para el estado de salud en general de nuestro cuerpo y ha compartido diez recomendaciones para cuidarlos en casa que contribuirán a que estén más saludables.
«Obviamente, debido al actual estado de alarma y al confinamiento, se han reducido prácticamente por completo, excepto los casos de urgencias, las visitas al podólogo. Esto requiere que prestemos mayor atención a nuestros miembros inferiores para evitar lesiones y, por supuesto, si se detectara cualquier tipo de anomalía, como aparición de manchas en la piel, ponernos en contacto con un podólogo de urgencia para descartar que se trate de algún posible síntoma de COVID-19 o cualquier otro tipo de patología y, por supuesto, aplicar con inmediatez el tratamiento correspondiente», ha afirmado Maite García, presidenta del ICOPCV.
Los podólogos han destacado que éstas son algunas recomendaciones que nos ayudarán a mantener una buena salud en los pies:
1. Mantener una higiene diaria de los pies.
2. Secarlos muy bien tras la ducha, especialmente entre los dedos. El exceso de humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias.
3. Hidratarlos a diario, sobre todo el talón y nunca poner crema entre los espacios interdigitales porque los macera.
4. Masajearlos al aplicar crema ayudará a mejorar la circulación, así como la realización de baños de contraste.
5. No dejar las uñas largas y cortarlas con forma recta sin picos en las esquinas para evitar que se claven.
6. Evitar tomar alcohol y el tabaco, ya que ambos contribuyen a una deshidratación de la epidermis que aumenta el riesgo de afecciones en los pies, como son las dolorosas grietas
7. Utilizar calcetines de materiales naturales y sin costuras. Estos permiten que transpire mejor el pie y no dificultan la circulación.
8. Optar por un calzado que se adapte al ancho natural del pie, que sea cómodo, flexible, transpirable, con una planta acolchada y, si es posible, antideslizante.
9. Realizar ejercicios específicos con regularidad. Es muy bueno trabajar los pies estirando y recogiéndolos, moviendo los dedos y girando los tobillos porque ayuda a tonificar los músculos, articulaciones y tendones.
10. Evitar o disminuir el uso de limas para eliminar lo que pueden parecer callos o hiperqueratosis porque éstos muchas veces no responden sólo a una falta de hidratación de la zona, sino que pueden esconder algunas patologías como eccemas, psoriasis o tiñas, y se agravarían al ser limados.
Junto a esto, se recomienda que los pies de personas de riesgo como son los ancianos y diabéticos sean examinados a diario para detectar con celeridad si se hubiera producido algún tipo de alteración ya que, debido a sus problemas de sensibilidad en la zona y de cicatrización, cualquier herida puede derivar en problemas más graves como úlceras.
Desde el ICOPCV se ha recordado que es fundamental que cualquier alteración de la piel sea examinada y tratada por un profesional universitario especialista en el pie. Es fundamental visitar al menos una vez al año al podólogo para realizar una quiropodia y comprobar que no existe ninguna patología y, si ésta hubiera aparecido, aplicar rápidamente el tratamiento más adecuado para que no derive en una dolencia con mayores consecuencias.
