El síndrome de la boca ardiente «está caracterizado por la continua y anormal sensación de punzada o quemazón en la boca, la alteración del gusto, sequedad bucal, anomalías en la mucosa bucal e intolerancia a las prótesis», como así lo explica la dra. Pilar Muñoz, odontóloga del Hospital Vithas Medimar.
Es una patología «comúnmente detectada en mujeres menopáusicas o posmenopáusicas; se trata de un malestar constante con periodos de agravamiento, suele ser de tipo crónico, de inicio espontáneo y sin desencadenante identificable», comenta la doctora.
Los factores que la pueden desencadenar, «generalmente suelen estar asociados a aspectos psicológicos, concretamente, a un estado de ansiedad importante, aunque también, pueden ser locales, como niveles bajos de Vitamina B12, B6 o ácido fólico, sequedad bucal por encima de lo ordinario, también llamado xerostomía, el consumo habitual de sustancias químicas, la decadencia anormal de estrógenos, diabetes mellitus no tratada o el consumo de ciertos fármacos (entre otros, antihistamínicos, antihipertensivos y benzodiacepinas) produciendo una irritación de la mucosa», explica la doctora.
Entre los consejos a seguir, «se recomienda controlar los malos hábitos bucales como el bruxismo, morderse los labios, las mejillas, la lengua o las uñas o morderse; se debe eliminar cualquier factor externo que pueda causar alergias de contacto oral, y necesariamente abordar las deficiencias de minerales, vitaminas y utilizar sustitutos de saliva cuando se contraiga como factor la deficiencia de saliva», afirma la especialista.
Para su tratamiento, «el odontólogo debe hacer una consulta clínica completa e integral del paciente y después puede recetarle medicamentos para ayudar a controlar los síntomas», concluye la dra. Muñoz.