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La nefropatía diabética o daño renal por la diabetes, no suele manifestar sintomatología en las primeras etapas de la enfermedad

Controlar la diabetes es clave para evitar daños en el riñón que podrían derivar en diálisis o trasplante renal

Lunes, 14 Noviembre 2022 10:56

Según datos de la Fundación para la Diabetes, la prevalencia de esta patología en España ha alcanzado al 14,8% de la población, afectando a uno de cada siete adultos y siendo la segunda tasa más alta de Europa. Cabe recordar que la diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía. El cuerpo descompone la mayor parte de los alimentos que come en azúcar (también llamada glucosa) y los libera en el torrente sanguíneo.

Cuando la diabetes no se detecta o no se trata adecuadamente, además de poder causar complicaciones graves y potencialmente mortales, como un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular, puede afectar de manera grave a los riñones. La nefropatía diabética o la enfermedad renal diabética implica una alteración en el riñón que se produce en personas con diabetes cuando su control de la glucosa en sangre y otros factores asociados no ha sido adecuado.

Tal como asegura el doctor Igor Romaniouk, nefrólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre, «una insuficiencia renal podría llegar a ser terminal y podría acabar en la diálisis y/o posterior trasplante renal. Así mismo el paciente podría sufrir amputaciones ya que afecta considerablemente el flujo sanguíneo hacia las extremidades inferiores».

La diabetes aumenta una serie de factores nocivos para la salud, siendo uno de ellos el estrés oxidativo, que termina dañando las células del riñón, conduciendo a daños estructurales y por lo tanto daño renal. «Lo que además conlleva a que una persona pueda perder más proteínas en la orina, y paradójicamente, mientras más proteínas en la orina se pierdan, más daño renal habrá», afirma el especialista médico.

La nefropatía diabética o daño renal por la diabetes, no suele manifestar sintomatología en las primeras etapas de la enfermedad. Según el profesional, «cuando se manifiesta ya estamos ante una insuficiencia renal crónica avanzada y una proteinuria difícilmente manejable. En etapas posteriores, los signos y los síntomas pueden incluir empeoramiento del control de la presión arterial, hinchazón de pies, tobillos, manos u ojos, aumento de la necesidad de orinar, dificultad para concentrarse, falta de aire, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, picazón constante o fatiga».

«Sin embargo, todo esto tiene tratamiento», comenta el doctor Romaniouk mientras apunta que «mediante una evaluación integral del paciente, una prueba de orina de 24 horas y otra serie de paramentos podemos establecer si hay o no daño renal e implementar un tratamiento oportuno para frenar o disminuir considerablemente esta afectación ranal».

«Además, en los últimos años ha aparecido una nueva serie de fármacos con una enorme eficacia que no solo disminuyen el daño renal, si no también tienen efectos beneficiosos a nivel cardiovascular. No hay que olvidar que la mejor manera de prevenir o retrasar la nefropatía diabética es mantener un estilo de vida saludable y controlar de manera adecuada la diabetes y la presión arterial alta y si ya se padece diabetes, hay que evaluar la función renal todos los años», concluye este profesional nefrólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre.


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