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En la actualidad, un elevado porcentaje de niños y adolescentes practican deporte con entrenamientos y competiciones a edades cada vez más tempranas

El reconocimiento cardiovascular es clave para evitar la muerte súbita en el deporte infantil de competición

El doctor Jose Ignacio Carrasco, cardiólogo infantil El doctor Jose Ignacio Carrasco, cardiólogo infantil
Lunes, 28 Febrero 2022 13:13

El ejercicio regular es beneficioso para la salud ya que disminuye el riesgo de mortalidad general, mortalidad cardíaca y desarrollo de enfermedad arterial coronaria, pero existe un aumento en el riesgo de padecer muerte súbita durante la actividad física intensa en individuos con determinadas patologías cardiacas.

Tal como explica el doctor Jose Ignacio Carrasco, cardiólogo infantil de Vithas Valencia 9 de Octubre, «el deporte es la mejor medicina, pero si la actividad es demasiado intensa y existe una patología cardíaca de base (la cual se desconoce) puede desencadenarse un hecho fatal, llegando incluso a producirse la tan temida “muerte súbita”. Por este motivo, la prevención se convierte en un elemento fundamental de la práctica deportiva que debe extenderse a cualquier edad y nivel de deporte. Todo deportista debería someterse a una revisión antes de empezar la práctica de la actividad y seguir con controles periódicos a lo largo de su vida ya que el cuerpo va cambiando y podrían ir surgiendo problemas de salud».

En la actualidad, un elevado porcentaje de niños y adolescentes practican deporte con entrenamientos y competiciones a edades cada vez más tempranas. «Los problemas cardíacos sin duda pueden acentuarse con el ejercicio físico, por ello recomiendo realizar un reconocimiento cardiovascular en todos los individuos en edad pediátrica, con edades comprendidas entre los 6 y 14 años, que practiquen deporte de competición o deporte regular con una periodicidad igual o superior a tres días a la semana, con el objetivo de detectar enfermedades cardiovasculares potencialmente letales que pueden manifestarse con muerte súbita cardiaca durante el ejercicio», agrega el doctor Carrasco.

Una opinión compartida con la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías congénitas (SECPCC) junto con la Subdirección General de Deporte y Salud del Consejo Superior de Deportes (CSD), avaladas por otras Sociedades Científicas como la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Fundación Española del Corazón y la Asociación Española de Pediatría (AEPED).

¿En qué consiste este reconocimiento?

Este reconocimiento incluye una historia clínica detallada que recoge los antecedentes familiares y personales de relevancia desde el punto de vista cardiológico, una exploración física con antropometría básica, tensión arterial y un electrocardiograma. «Además, en el reconocimiento inicial se añade una ecocardiografía 2D doppler, para descartar patologías cardiacas que, si bien no constituyen un riesgo de producir muerte súbita durante el ejercicio físico, sí que podrían desaconsejar la práctica del mismo a alto nivel o deban de ser controladas periódicamente en el caso de realizar deporte de competición», subraya el profesional.

«Si todos los resultados son normales, la posibilidad de padecer una anomalía cardiovascular que podría ser grave, queda excluida en la gran mayoría de los casos. Una vez superado el reconocimiento cardiológico se obtiene el correspondiente certificado de aptitud deportiva, que es recomendable renovar cada 2 años si continúa con el nivel de desarrollo deportivo realizado hasta la fecha», afirma el especialista.


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