El movimiento vecinal sigue quejándose, no es que se ensañe mucho, que digamos, pero de vez en cuando suelta alguna pullita, porque, una cosa es la triste realidad y otra bien diferente las milongas que nos intentan vender con la propaganda. Las calles están sucias, el deterioro de las aceras está bastante generalizado, hay tropecientas mil barreras arquitectónicas, abundan los baches, aunque los que más llaman la atención son los del patatar que hay en la playa, el que se usa como aparcamiento, situado entre la discoteca y el malecón, algunos de estos socavones ya tienen solera del tiempo que llevan ahí, ganando profundidad. Ya sé que depende de Costas, pero con esa cantinela llevamos lustros. El activista vecinal, Primitivo Safont, mosca cojonera donde las haya, denuncia otra vez la situación de los paelleros en la Gerencia, una más, aunque no deja de mandar quejas por la aplicación del móvil a las instancias municipales, incluso al alcalde, y unas se solucionan, pero otras no. Así vamos en el día a día.
Nos tendremos que preguntar para qué sirven los políticos o, por lo menos, los nuestros. No me refiero sólo al gobierno municipal, que, lógicamente, es el que más responsabilidad tiene. La oposición ni está ni se le espera, particularmente el Partido Popular, que se supone debe ser la alternativa al PSOE. Asumo que la jefa del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Sagunto, Maribel Sáez, anda muy liada, compartiendo la portavocía en el consistorio saguntino con la Dirección General de Comercio, Artesanía y Consumo, que no es poca cosa. Entiendo que como viaja más que Pedro Sánchez, no en el Falcon, sino en el coche oficial, lo de dirigir el grupo municipal a distancia debe ser poco efectivo. Ya saben lo que pasa cuando hay problemas de cobertura. A ver si terminan de consolidar el equipo, ocupando la otra plaza de liberado que les corresponde, de acuerdo con el Reglamento Orgánico Municipal, y se nota que hay alternativa, aunque, como decía mi madre, «quien mucho abarca, poco aprieta». Ya sé que Darío Moreno es un hueso duro de roer, un monstruo de las redes sociales y un maestro del encantamiento, pero tampoco hay que perder de vista que han caído torres más grandes. En política todo es efímero, nada es perenne, fíjense en Ábalos, pero si antes de empezar la partida te entregas, ya has perdido. De todos modos, se ve que la nueva clase política es así, blandita.
Para terminar, quisiera felicitar públicamente a mi buen amigo Paco Campillo por su nombramiento como Hijo Adoptivo de Sagunto. Merecidísimo. Para quienes no le conozcan, diré que Paco es un tipo extraordinario, un hombre muy ponderado que, sin estridencias, ha sabido hacer una gran labor en este municipio, defendiendo la agricultura y a los agricultores. En pocas palabras, una persona cabal.
