Galicia siempre ha sido una comunidad conservadora. Los gallegos, en su mayoría, votan al PP. Siempre ha sido así, y querer pensar en otra cosa diferente es querer auparse sobre un púlpito que está bendecido por la derecha más recalcitrante.
No. No se le pueden pedir peras al olmo. Seguramente fueron los gallegos los que crearon aquel refrán que dice: «Más vale malo conocido…». Los refranes dicen que encierran la sabiduría popular, pero a menudo hay algunos que no son ciertos, porque quizá a veces hay que arriesgarse un poco para conseguir algo, que no se consigue de una manera estática. Y hay que arriesgarse, y votar a opciones diferentes, y salir a la calle y manifestarse para conseguir unos derechos que siempre nos han negado. Nadie consigue nada si está callado. Nadie consigue nada si se queda en casa sin mover un solo dedo. El PP lo que quiere es lo contrario: que seamos pasivos para que todo siga igual, para que sigan gobernando ellos, los mismos de siempre, los que solo se preocupan por ellos y por sus más allegados.
Se adueñaron del himno, se adueñaron de la bandera, se adueñaron de la religión, se adueñaron del gobierno, y ahora se han adueñado también de la calle y de las manifestaciones. Han descubierto que el manifestarse era uno de los pocos recursos que le quedaba a la izquierda para rebelarse contra todo eso que está establecido de una forma arbitraria, y ahora, cuando no están de acuerdo con algo, se manifiestan también ellos, invadiendo las calles y las sedes de los partidos de izquierda, ostentando sus poderes, sus joyas, sus abrigos, sus tractores de precios increíbles y todo aquello que los identifica.
Galicia es una comunidad en la que siempre ha gobernado la derecha. ¿Es, quizá, por ese espíritu gallego indeciso, ambiguo, vacilante? Por ese espíritu que tienen, como se suele decir, que cuando están en una escalera no se sabe si están subiendo o bajando.
Sin embargo, creo que el pueblo gallego, no se merece tener los gobernantes que tiene. El pueblo gallego debe salir del ostracismo que le encadena, y cambiar. Se dice a menudo que cada uno tiene lo que se merece, pero yo no creo que eso sea así. A veces uno no se merece lo que tiene, se merece más o se merece menos, depende. ¿Se merecen lo que tienen los hijos de los nobles acaudalados, que han nadado siempre en la abundancia? ¿Se merecen lo que tienen los hijos de los pobres, o los de los trabajadores, a los que les cuesta llegar a fin de mes con el sueldo que perciben?
¿Por qué una comunidad lucha por sus intereses y al final consigue lo que se propone? ¿Por qué otra comunidad, que podría ser rica, se conforma con lo que tiene y no lucha por salir de la pobreza y de la oscuridad?
Galicia se merece otra cosa, como se lo merece Extremadura o Castilla-León, por poner solo dos ejemplos más. Sin embargo, tienen los gobernantes que el pueblo ha votado, y eso será legal, pero no es justo.
