Otra guerra infame

Viernes, 13 Octubre 2023 21:05

«Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido». Malcom X.

El uso de la propaganda y la desinformación para influir en la percepción pública es una estrategia que se ha utilizado en el pasado y, lamentablemente, sigue siendo una táctica efectiva. Por ejemplo, al mirar hacia atrás, nos resulta incomprensible cómo la sociedad alemana pudo tolerar el Holocausto durante el Tercer Reich. Sin embargo, lo que está sucediendo en Palestina, lo que lleva sucediendo más de 75 años, nos recuerda que una sociedad intoxicada con propaganda y mentiras puede justificar las peores atrocidades. Por ejemplo, estos días los medios de comunicación no paran de repetir que estamos ante una guerra entre Israel y Hamás, sin embargo, lo cierto es que la contraofensiva israelí está centrando todas sus fuerzas en arrasar Gaza y asesinar a miles de niños y mujeres. El objetivo no es Hamás, el objetivo es liquidar a la población nativa, una limpieza étnica. Por no mencionar la cantidad de bulos que circulan para justificar la acción del ejército israelí, como la historia de los 40 bebés decapitados, que ha mencionado hasta el presidente Biden y que nadie ha sido capaz de verificar, hasta el gabinete de la Casa Blanca lo ha tenido que desmentir.

El conflicto entre Palestina e Israel no es un conflicto de igual a igual como nos han querido vender. Es una situación de colonización y limpieza étnica brutal y todo con el apoyo de parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos al frente. Durante más de siete décadas, los palestinos se han enfrentado a desplazamientos, ocupación militar, bloqueos y la construcción de asentamientos israelíes en su tierra. Dos millones y medio de personas viven desde hace 16 años encerradas en la Franja de Gaza, una cárcel a cielo abierto con una densidad de población de 5.046 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las más grandes del mundo. Las consecuencias de esta situación son devastadoras, con generaciones de palestinos viviendo en la pobreza, con acceso limitado a servicios básicos como educación y sanidad y con la muerte planeando constantemente sobre sus cabezas.

Este conflicto se remonta a la partición de Palestina en 1947 y uno de los primeros causantes de esta situación fue el Reino Unido y su característica política colonial que, tras ocupar las tierras palestinas, las repartió ‘con escuadra y cartabón’, sin tener en cuenta quién vivía en la zona y qué querían esas personas. La situación en Palestina no solo involucra conflictos en el terreno, sino también una lucha por la narrativa y la visibilidad. En estos momentos, Israel ha prohibido el acceso a la prensa a la Franja de Gaza para minimizar la difusión de imágenes de edificios destruidos y civiles muertos por doquier, pero Israel trabaja de forma permanente su imagen en el mundo con acciones propagandísticas y de blanqueamiento para moldear la percepción pública y legitimar sus acciones. Se presentan como una democracia boyante en Oriente Medio y difunden logros tecnológicos o culturales por medio mundo mediante un trabajado lobby sionista, pero la realidad es que su democracia es de una calidad más que cuestionable y esconden cadáveres a montones debajo de las alfombras.

En esta estrategia propagandística del Estado de Israel también ha sido fundamental la deshumanización del pueblo palestino para reducir la empatía hacia su sufrimiento y su lucha. El ministro de defensa de Israel ha llamado ‘animales humanos’ a los habitantes de la Franja de Gaza para justificar la destrucción total de la región. Esta táctica de deshumanización, que presenta a los palestinos como una entidad homogénea y peligrosa, hace que sea más fácil para Israel justificar sus políticas represivas y mantener el apoyo internacional a estas medidas, pese a las múltiples violaciones de derechos humanos que supone.

Las recientes palabras del Observador Permanente de Palestina ante las Naciones Unidas son un recordatorio conmovedor de la situación actual. ‘El único derecho que el gobierno israelí reconoce a los palestinos es el derecho a morir y a ser culpados por haber sido asesinados’. Esta declaración debería resonar en la conciencia de todas las personas y alentarnos a actuar en defensa de los derechos y la dignidad del pueblo palestino. Es sorprendente ver cómo se aplica una doble vara de medir en la política internacional, mientras se concede el derecho de autodefensa a Ucrania ante la ocupación de Rusia, se niega a Palestina el mismo derecho ante la ocupación de Israel. Esto no se explica sin un fuerte componente de racismo e islamofobia.La defensa de Palestina contra la colonización de Israel no es solo una cuestión de justicia, sino también una cuestión de humanidad. Es fundamental que la comunidad internacional asuma su responsabilidad en la resolución de este conflicto y la creación y reconocimiento global del Estado de Palestina es la solución que tiene que apoyar. Es hora de que el mundo se una para poner fin a la ocupación, el sufrimiento y la opresión que el pueblo palestino ha soportado durante demasiado tiempo. Solo entonces podremos aspirar a una paz verdadera y duradera en Oriente Medio.


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Modificado por última vez en Viernes, 13 Octubre 2023 12:52
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