¿De quién se depende?

Martes, 10 Octubre 2023 11:08

Conozco a un hombre de 96 años que lleva, hoy, dos años y ciento veinte días en una cama, sin poder moverse. Depende de los demás totalmente. Se cayó, se rompió los huesos de lo que llamamos hombro, la segunda cadera... No hay operación o reparación posible. Después de noventa y cuatro años de duro bregar, ahora, esto. Yace y pace en la misma posición. Casi esqueleto, le duelen todos los huesos. Ejerce de “cuidador” un hijo. Cotizó desde que se podía, y por la cuantía estipulada al rácano salario. Cobra de la pensión única setecientos ochenta y cinco euros. Y menos mal que lo único que posee es una modesta vivienda.

Pues bien. El hijo no quiso en su día solicitarle ninguna, ayuda acogiéndose a la llamada “Ley de Dependencia”. ¿Para qué? Gobernaba el PP en la CV cuando, para su madre, impedida total, los hijos solicitaron la ayuda correspondiente. Cuatro años de papeles, idas y venidas, preguntas y esperas. Me dicen que, después de tanta espera le concedieron un grado permanente y una cuantía que «ni para pipas». La primera vez que cobró ese potosí fue en mayo de 2015. El 25 de agosto del mismo año, murió. Eso es todo lo que el Estado de propaganda le aportó como ayuda a su dependencia. Yo sí te creo hermano. Me creo a quien me lo cuenta. Conserva la Resolución y cartillas del banco. Fue otra familiar directa la que, dirigiéndose a los Servicios Sociales Municipales locales (competencias “delegadas”; o más bien “endosadas”) por solicitud VA 3467…3, y en el nombre del padre, tramita. Con fecha 9 de febrero de 2023 le notifican al beneficiario que, después de las valoraciones oportunas, al buen hombre se le reconoce que «se encuentra en situación de dependencia en GRADO 3» (el máximo). Y se le reconoce el «carácter PERMANENTE» (no hace falta estudiar para eso). Hasta hoy. Ni “PIA”, ni “Pío”. Y sin saber cuándo el susodicho dejará de piar. Ni PSOE ni PP. Hace unos días, el hijo preguntó en los Servicios Sociales de su municipio, y le informaron que “aún falta una carta” que recibir. ¿Cuándo, más o menos? No lo pueden saber, claro; depende de la Autonomía.

Han pasado ocho meses, y el ciudadano, colmado de derechos (y ninguneos), a fecha de hoy, no ha visto ingresado en su cuenta ni un euro (él cuenta en pesetas, me informan; porque todavía, a ratos y en ciertos días, aún entiende de qué va esto). Mientras, se limita a comer, cagar, ver algo de tele, dormir y quejarse. Se encuentra a la espera por “si le llega algo”. El hijo sabe perfectamente de qué va la realidad, claro. Aquí las leyes las incumple quien puede. Se las aplican punitivamente a quien desean y deciden. Torean a quien entra al trapo, y se deja. En este caso, una Ley (necesaria) nacida para ser usada como zanahoria delante de burro. El Estado, las Autonomías, las Corporaciones Locales y su “cercanía” con servicios sociales se afanan en ello. Presupuestos ficticios e irreales, soportados. Delegando competencias que, hasta el último mono político de partido, acepta gustoso y sin rechistar. Europa chantajea con los euros a los Estados. Aquí, obedecen, pero delegan en los 17 reinos de taifas autonómicos. A su vez, estos, no quieren complicaciones: delegan en los Servicios Sociales de los municipios (al menos en la CV). Pero nadie suelta la “guita”. ¡Así también “delego” yo! Y… ¡por fin! llega “la salvación” política, y manda parar: no nos han dejado un euro en caja, no nos riegan con caudal desde el Estado, y es una pasta, en todo caso, cumplir las Resoluciones y decisiones dejadas en herencia. (Tampoco es que entre en su ideario). ¡Pobre ciudadano pobre! Pobre hombre, hombre pobre. Marihuana para los pájaros.


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