El tránsito

Viernes, 22 Septiembre 2023 21:08

En algunos países latinoamericanos llaman tránsito a lo que aquí, a mi parecer equivocadamente, llamamos tráfico. Patrocinado por el Ayto. de Sagunto, en colaboración con la Tenda de Tot el Mon y la Asociación Cultural Nautilus, se está celebrando, a través de diversos actos, la Semana Europea de la Movilidad. Hablar de Movilidad es hablar del Tránsito, pero no solo de vehículos sino también de los ciudadanos en nuestra condición generalizada de peatones. Nunca deberíamos olvidar que conductores de vehículos somos muchos, pero que peatones somos todos y, que en ese todos están también incluidos ancianos, niños y otros.

Lo de la Semana de la Movilidad es una buena iniciativa porque contribuye a que vayamos tomando conciencia de que, sin apenas reflexionar sobre ello, desde hace ya décadas los ciudadanos, como peatones, todos, inconscientemente y sin apenas reflexionar sobre ello, hemos ido cediendo derechos a nuestro propio otro yo, al ciudadano que monta en bicicleta, moto, y, muy especialmente, al conductor de automóviles.

Casi no nos hemos ido dando cuenta de que, desde hace ya mucho tiempo, nuestros niños ya no juegan, ni salen, ni socializan con otros niños en las calles, que no van ni pueden ir andando al cole, que si van a entrenar o cualquier otra actividad nos toca sacar el coche y llevarlos y/o traerlos… No hemos sido capaces, cuando no culpables, de evitar o impedir la pérdida de la calle para todos, para nuestros niños, para l@s que van y vienen de la compra con el carrito, para la seguridad vial de nuestros mayores, para l@s dismimuid@s físic@s, etc. Es solo nuestra la responsabilidad de reconvertir nuestra ciudad en un lugar habitable, limpia y agradable, amigable e inclusiva.

Como auténticos bobos y sin apenas darnos cuenta, hemos llegado a considerar “normal” dejar nuestro coche aparcado en las calles sin límite de tiempo, mientras que tú mismo consideras que está mal, que molesta al tránsito utilizar una pequeña parcela de la calzada o acera para poner un sillón y sentarte a la fresca en las tardes-noches de un caluroso verano.

Estas jornadas contribuyen a recordarnos que es urgente y necesario repensar cómo y por qué nuestro pueblo es como es y cómo debiera de ser; si lo queremos cada vez más acogedor y habitable, más ecológico, menos contaminado y menos contaminante, menos ruidoso.

Los ejemplos y efectos negativos los tenemos todos a la vista en nuestra propia calle o barrio. Si miro por mi balcón observo que mi calle mide unos 12 metros de ancha. Está distribuida más o menos así: dos aceras de un metro cada una, aparcamiento a ambos lados de la calle y el resto, unos cinco metros, para el tránsito de vehículos en dirección única. ¿Queda claro en qué y quien piensa el agente urbanizador?


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