Las mociones que presentan los grupos políticos municipales en los plenos del consistorio de Sagunto no sirven para nada, no tienen ninguna utilidad ni beneficio para la ciudadanía, porque, aunque se aprueben por unanimidad, luego no se cumplen. Hay muchísimos casos que avalan esta afirmación. Estas iniciativas son un relleno de contenido estéril para unos plenos completamente huecos, porque, cada vez, están más vacíos. Si no fuera por estas propuestas que se presentan fallidas de antemano, las sesiones municipales no durarían más de media hora, dejando al descubierto la inoperancia de la gestión municipal. Además, las mociones vienen muy bien para que los grupos municipales también tengan su minuto de gloria, anunciando que van a presentar este o aquel planteamiento. Lo mejor de todo es que lo venden como si fuera algo importante, cuando saben positivamente que, una vez que se apruebe, no tendrá más recorrido. Así, durante años. Aquí nadie se libra, todos son cómplices de este fraude o engaño a la ciudadanía.
Si los plenos municipales ya hace mucho tiempo que están vacíos de contenido, las comisiones informativas parece que van a tomar esa misma senda. De momento, las de Urbanismo e Industria solo incluyen dos puntos, la aprobación del acta de la sesión anterior y ruegos y preguntas. Inaudito. Estamos hablando de Urbanismo y de Industria, donde, sin ninguna duda, habrá temas de los que informar, pero el equipo de Gobierno no suelta ni una, si preguntan, ya se verá lo que se responde o si se responde, y si no preguntan, pues se acaba antes y a rodar. Lo mejor de todo es que los partidos opositores no reaccionan ante esta manifiesta falta de respeto. Ya me dijo en cierta ocasión un destacado miembro del Grupo Municipal Socialista que la oposición era un poco «floja», creo que va a tener razón.
Si estas prácticas tan poco transparentes las hubiera aplicado el Partido Popular, ni que decir tiene que lo habrían puesto a bajar de un burro, les habrían dicho de todo, lo más suave, fascistas, pero aquí se vacían de contenido los órganos municipales y, visto lo visto, se acepta con total normalidad. Menos trabajo. Ya les aseguro que el Ayuntamiento presidido por Alfredo Castelló o por Gloria Calero, era infinitamente más transparente que el actual. Darío Moreno va de fiesta en fiesta, dándose baños de multitudes, pero ejerce un control férreo sobre todo lo que pasa de puertas adentro en el consistorio.
Al hilo de la muerte de José García Felipe este 31 de agosto, he recordado cómo funcionaba el primer Ayuntamiento democrático con leyes todavía franquistas. No exagero nada si les digo que era mucho más participativo y transparente que el actual. Vamos mejorando.
