Llegó agosto, el mes veraniego por excelencia, y con él se acentúa la manifiesta falta de actividad política del estío, tradicional, pero no hasta este extremo. Ya se sabe que los años electorales suelen ser perdidos y más aún, si, como es el caso, son con ración doble: municipales, autonómicas y generales. Si ya de por sí el anterior periodo de Darío Moreno como alcalde de Sagunto ha sido el más opaco desde las primeras elecciones democráticas, no parece que, en esta nueva legislatura, con abrumadora mayoría socialista, se vaya a producir alguna corrección en favor de una mayor transparencia, que muchos políticos limitan a la publicación de sus bienes, su nómina y un currículo normalmente abultado. La negociación sobre el futuro del malecón, bajo la más absoluta discreción, es una prueba palmaria de lo que digo, aunque no es la única.

Podría decirse que el 2023 será otro año perdido a nivel municipal. El relevo en la Generalitat Valenciana y el inesperado reemplazo en la Diputación de Valencia, tendrán consecuencias para el día a día de Sagunto, ya se darán cuenta, y a nivel nacional ya ven cómo está el asunto, que habrá que hacer verdaderos encajes de bolillos para poder formar un gobierno nacional y no repetir elecciones antes de que acabe el año. El panorama se ha complicado tanto que el Gobierno de Sagunto está cada vez más solo. Si antes, cuando en Valencia y Madrid gobernaban los mismos que aquí, las cosas iban bastante mal, ahora, con estos cambios de color en la Generalitat y la Diputación, mucho me temo que no van a mejorar, más bien al contrario.

Menos mal que el Ayuntamiento de Sagunto registra uno de los niveles de endeudamiento más bajos de los últimos años, no por una buena gestión económica, sino porque al cerrar 2020 y 2021 con números rojos, la ley les impidió suscribir nuevos préstamos. Pero no hay mal que por bien no venga, así que ahora, para impulsar algunas actuaciones, podrán recurrir al endeudamiento con más alegría, que es la única vía que les queda para financiar proyectos, puesto que el presupuesto municipal está muy comprometido con el gasto corriente y de personal. De momento, el Gobierno de Darío Moreno ha renunciado a recuperar el edificio de la Cruz Roja, perdiendo, incluso, fondos europeos. Son geniales. Por cierto, siempre nos tocan los recortes a los del Puerto, ¿se han dado cuenta?

Entretanto, ya ven ustedes cómo está el municipio, sucio y abandonado. Los que vienen de fuera a pasar unos días se quedan flipando de lo mal que está todo. Este pueblo no tiene solución, ya lo he dicho muchas veces, la duplicidad de servicios en Sagunto y en el Puerto nos ha llevado a la ruina, particularmente a los del Puerto, que siempre nos llevamos la peor parte. A pasar un buen verano.