Marcianadas

Viernes, 16 Junio 2023 21:08

No sé qué me pasa últimamente que no me encuentro ubicado, como diría un argentino. Es como si el mundo discurriese por su camino y yo por otro, con algunas cosas en común, pero otras muchas no.

Los muchos ejemplos que podría poner de lo que siento, desde el muy simple de no poder entender que me exijan tener un teléfono móvil para tener una cuenta bancaria, o que, si no quisiera tener ninguna cuenta y cobrar mi pensión, o mi nómina, en billetes dentro de un sobre como antes, no puedo, aunque en mi localidad la única oficina bancaria abierta fuese aquella que ya me estafó con las preferentes.

Ahora, si quiero gestionar algo con la administración, ya sean Aytos, Generalidad, Diputación… el Estado, generalmente gentes que cobran de mis impuestos, no me atienden si no tengo una firma digital… y no sigo porque podría rellenar quince folios, o más.

Pero en lo que más desubicado me encuentro es en lo referente a dos temas a los que yo, seguramente, les concedo demasiada importancia, tanta, que los considero cruciales para la supervivencia de la Humanidad y que, sin embargo, no parecen preocuparle a nadie.

Uno de ellos es el tan traído y llevado “Cambio Climático”. Cierto, muy traído y llevado, pero nadie se lo toma en serio. ¿Qué se está haciendo? Nada ¿Se hará algo más adelante? Pues seguramente sí, pero solo cuando estemos sufriendo las consecuencias y sepamos ya, a ciencia cierta, que la cosa ya no tiene remedio. Entonces.

Y, siento rabia de mí mismo, por estúpido, por llevar estas cosas mal siendo como es que, a mí, ese tema, me tocará muy poco, puesto que solo me quedan cuatro telediarios como quien dice.

El otro tema, probablemente sea aún peor, porque la amenaza puede ser mayor e inmediata: incluso mañana mismo. Se trata del montaje tan perfecto que han orquestado los USA para montar una guerra de desgaste en Europa (el escenario principal de las dos únicas Guerras Mundiales habidas) que acabará, en el mejor de los casos, como mínimo, dejando a la que fue “el granero” de Rusia, Ukrania, como la palma de la mano, a Europa, exhausta y más OTANtada que nunca y/o destruida atómicamente.

Es imposible que esto lo estemos viendo solo unos cuantos, estando tan a la vista de todos; otra cosa es que no se quiera ver. El caso es que le están poniendo las cosas muy difíciles a un tal Putin, que, puesto a las malas peores, tiene hasta cuando duerme el botón nuclear en su puño, y que puede que un día, acosado, o por haber dormido mal, u otra cosa más seria, decida convertir de nuevo a Europa en el escenario de una definitiva Tercera Guerra Mundial. Tendremos que despertar… ¿o qué…?


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