Tras las últimas elecciones, a los miembros de Vox, que se sentían más crecidos que nunca, ya se les empezó a ver las intenciones, y una vez constituidas las Corts, daban por hecho que iban a estar en la Generalitat, y aunque no tienen opciones de disolver la Acadèmia Valenciana de la Llengua, ya que son necesarios tres quintos de los votos, empezaron a amenazar con cerrarla.
El adelanto de la elecciones generales, que ha decretado Pedro Sánchez, obligaba al PP a ir con precaución en los pactos postelectorales, pues, a pesar de obtener unos excelentes resultados el 28 de mayo en toda España, no han logrado desprenderse de Vox en seis autonomías, entre ellas la Comunitat Valenciana, donde para tener un gobierno estable necesitaban pactar con los radicales.
Este anticipo de los comicios al 23 de julio ponía de manifiesto esos posibles pactos entre los líderes regionales del PP y la extrema derecha, algo que ha llegado durante la campaña y podría ser utilizado por la izquierda para advertir de que Feijóo hará igual para poder llegar a la Moncloa.
El líder de los populares ha dicho en más de una ocasión que él no es partidario de pactar con Vox, pero ya vimos en su día lo que hicieron en Castilla y León, y eso será con toda probabilidad lo que harán también en el resto de comunidades, donde necesitan el apoyo de la extrema derecha, y en el país, si cuando se celebren las elecciones el 23 de julio ocurre lo mismo que ha pasado ahora. Por cierto, la Consejería de Empleo de Castilla y León, que está en manos de Vox, no convocó en 2022 las subvenciones para que los ayuntamientos y diputaciones provinciales de más de 20.000 habitantes contratasen agentes de igualdad, y tampoco lo van a hacer en el 2023. Así lo ha confirmado el consejero y se ha publicado en el Boletín de las Cortes, lo que supone, en otras palabras, cargarse la ley de igualdad. O sea, hay que tener mucho cuidado con la extrema derecha, pues todos los derechos que hemos adquirido los pueden anular de la noche a la mañana sin derogar nada, simplemente dejando de aportar el presupuesto necesario para lleva a cabo cualquier acción, como hizo en su día el PP con la Ley de Memoria Histórica.
Hasta ahora, el PPCV había guardado un silencio sepulcral sobre la posibilidad de cualquier negociación con Vox. También desde Génova están evitando hacer declaraciones públicas sobre qué directrices han de tomar las respectivas comunidades. Sin embargo, la otra parte implicada de la derecha no actuaba con la misma reserva, y había empezado a dar muestras de cuáles eran sus intenciones sobre determinadas materias para calentar a su electorado. Es cierto que desde Madrid no habían hecho declaraciones, pero el candidato de Vox a la Generalitat ya había empezado a advertir por su cuenta de las exigencias que consideraba oportunas a la hora de negociar con el PP, hasta que finalmente se ha llegado a un acuerdo.
El candidato de Vox publicó recientemente un mensaje en el que agradeció a los más de 300.000 valencianos el apoyo que había recibido, y les aseguró que su voz iba a ser escuchada, dando a entender que Vox iba a reclamar en el Consell los sillones que les pertenecieran para que fuera investido el candidato popular, puesto que la abstención no le servía al PP si votaban en contra Compromís y el PSCV.
Un día después de que Pedro Sánchez anunciara el adelanto electoral, el candidato de Vox expresó su malestar por las dudas que el PP había sembrado sobre los pactos, temiendo que su postura se acercara a la de la izquierda para evitar a la extrema derecha, aunque el PP insistiera en su intención de gobernar en solitario. Pero antes de dar por hecho un pacto PP-Vox, el líder de esta última formación tuvo la osadía de señalar algunas de las medidas que proponían, y una de las últimas ha sido la de amenazar con cerrar la Acadèmia Valenciana de la Llengua, como hace un mes amenazó con cerrar À Punt, indicando que la televisión pública era un insulto para los valencianos, una máquina de adoctrinamiento separatista y un desperdicio de dinero.
Todos sabemos lo que es Vox, y lo que pueden llegar a urdir si se unen al PP. El próximo día 23 de julio tenemos una oportunidad muy importante. Falta poco más de un mes, pero tenemos tiempo más que suficiente para reflexionar, para calibrar lo que ha hecho el PSOE junto con Podemos y lo que hizo con anterioridad el PP. Aprovechemos las circunstancias y votemos en consecuencia.
