El candidato

Viernes, 28 Abril 2023 21:08

No debemos confundir cándido con candidato. Hemos de aprender a distinguir. Son palabras que tienen raíces latinas comunes, pero con significados distintos. La raíz latina candidus (blanco) dio origen a candidatus, o sea, al senador romano que, aspirante a un cargo, lucía una toga blanca mientras esperaba a ser investido. De ahí que hoy se denomine candidato a la persona que opta o aspire a un cargo, premio, o distinción, a solicitud propia o de otra persona. Candidato es sinónimo de aspirante, solicitante, pretendiente. Por otro lado, el cándido es un ser sencillo, ingenuo, sin malicia, ni astucia, picardía o doblez. En la antigua Roma un cándido podía vestir de blanco, pero hoy son el blanco… de todas las burlas. Normalmente los candidatos no suelen tener nada de cándidos, no así sus votantes, que suelen serlo en su inmensa mayoría.

Por ejemplo, yo mismo, perteneciente a ese numeroso grupo de votantes cándidos, empecé a ver hace ya días unos enormes carteles electorales repartidos por el pueblo en los que el actual alcalde se ponía medallas por cualquier cosa que considerase que le podía dar votos. No me llamó mucho la atención, porque los carteles electorales suelen ser así. Los pagan los candidatos para llevar a su huerto a los cándidos. Hasta ahí normal. Me dijeron que habían puesto cuatro (menudo pastón ¿de dónde sacarán tanto dinero?) Yo solo he visto dos, pero uno de ellos, me llamó la atención porque daba a entender, poco más o menos, que la gigafactoría de baterías la había traído o conseguido el alcalde. Aquello lo vi “ligeramente” exagerado, pero tampoco me extrañó porque este señor ya nos tiene acostumbrado a este tipo de fanfarrias.

Poco después vi que la Asociación Iniciativa Porteña montaba un cartel de parecidas dimensiones en la entrada del Fornás. Mi mente futbolera me dijo: gana el alcalde 4 a 1. Al día siguiente vi que unos obreros estaban desmontando el cartel del Fornás. Extrañado me acerqué a preguntar y me informaron que era cosa del alcalde, que desde que se puso el cartel no había parado de intentar, por las buenas o por las malas, que se desmontase. Parece, según dicen las malas lenguas, que al final fue el presidente del Acero el que solicitó (ignoro si alguien le había presionado o no) por las buenas que se retirase el cartel, e IP, se vio obligada a retirarlo. (4 a 0, gana el alcalde, pensé yo)

Días más tarde me enteré por la prensa de que, la Junta Electoral ordenó, mediante denuncia interpuesta por IP, que los 4 carteles del alcalde fuesen retirados puesto que, ventajísticamente, se habían colocado mucho antes de que la campaña electoral comenzase. (Empate a O. Tablas)

Cándido de mí, no me había fijado en ese tramposo pequeño detalle.


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