Encuentros de “Escuelas en Valenciano”

Lunes, 24 Abril 2023 12:40

Guardo un nefasto recuerdo como docente de infantil (más de treinta años) sobre el asunto/evento de las llamadas “Trobades d´Escoles En Valencià” en unos colegios públicos de la comarca del Camp de Morvedre (uno de los cuales no quiero ni nombrar); concretamente en el Puerto de Sagunto. Si bien en el primero el asunto no tenía mayor repercusión, en el segundo hasta me ocasionó un cargo en un expediente disciplinario de las ¡diecinueve faltas graves! que incluía (año 2000-02). No tuvo consecuencias porque gané aquel Contencioso Administrativo.

Resulta que, en dichos encuentros, vendidos como “Escoles en Valencià” participaban centros públicos que, como tales, no existían. Nunca hubo en la enseñanza pública en la Comunidad Valenciana centros con esa denominación. Los “Programas” para recoger lo acordado en el Estatut incluían las dos lenguas oficiales: el castellano y el valenciano —que, si se podía, se evitaba—, y creo, se sigue evitando, denominar “catalán”, aunque es una misma Lengua. En unos predominaba el programa PIL (Inmersión Lingüística) y en otros el programa PIP (Incorporación Progresiva). En un mismo centro ambas lenguas, con mayor o menor incidencia de cada una de ellas, convivían. Pero Escoles en Valencià (salvo si se violentaba la Legislación) no han existido nunca. Hablo de Centros Públicos en donde no incluyo los privados “Concertados”. Y cuando esos programas desaparecieron como tal, apareció el trilingüismo del 30%. Eso sí: las administraciones, en complicidad con parte de los funcionarios docentes político-sindicales-“renovadores”, podían hacer de su capa un sayo. Éstos, “tirando” para un lado; los otros, para el otro.

Pues bien. Veías la relación de centros que se adherían y participaban como tales “escuelas en valenciano”; conocías en la práctica cómo se decidía el participar, o no. Conocías, y sufrías lo que había detrás, tan alejando del Conocimiento a impulsar como misión principal de la enseñanza, que te entraban las dudas si estabas “participando” (te obligaban, porque como “se acordaba…) en un programa político e ideológico del nacionalismo pro-catalán (como tal programa político, respetable), en una inculcación tipo iglesias varias, en acto propagandístico descarado y oportunista del poder de turno, gobernando, o en la oposición. Un Centro, por ejemplo —y muchos docentes sabrán de lo que escribo— llegado abril (los encuentros se programan para mayo normalmente) en el centro público, por sus funcionarios, por sus cargos, se vendían samarretes alusivas, que se colgaban en alguna estancia; rifas o similar, gorras, libros de las editoriales “amigas”, etc.

Se establecía un horario de compra, y el más liberado de docencia y obligaciones (por ejemplo, Jefes/as de Estudios) se dedicaban en cuerpo y alma a ese menester (y otros/as, como coordinación, llamadas tras llamadas con el exterior: partido, sindicato, asociación, editoriales amigas, etc.). En ocasiones, se les “liberaba” a los más implicados de su docencia, y al peor situado, se le mandaba a sustituir. Otros, directamente, abandonaban la clase para “atender” las circunstancias del día a día. funcionarios, tiempos, recursos, medios… se ponían al servicio de. Todos ellos no dejaban de ser entidades privadas (“Escola Valenciana”, y otras), con muchas de las cuales (al menos con algunas), con el caballo de troya dentro, hacían sus negocios de venta y recaudación, y proselitismo barato (todo legal, por supuesto). Los funcionarios/as más implicados, recibían sus “recompensas” posteriores: un puesto en un Cefire, una “liberación”, un “acercamiento”, un puesto en las Listas, o una favorable valoración para acceder a una dirección docente, etc.

Simplemente: a los díscolos, (o en “minoría”), o se les apartaba, ninguneaba, y se les miraba mal, o directamente, si tocaban mucho los cataplines, se buscaba el modo de endosarle cargos disciplinarios. En mi caso, una falta grave por cuestionar el que yo tuviera que, como tutor, repartir a los padres de mis alumnos/as de infantil una media-octavilla convocando y animando a participar en sus “Encuentros”. Y la verdad es que no me negué: le dije al emisario (el conserje) que esa octavilla no iba firmada por nadie como responsable de la misma, y que por tanto le dijera a la directora (¡Ufff!) o a quién le había ordenado distribuirla, que le dijera que “hasta que no esté firmada… Consecuencia: cargo al canto. ¿Qué no? La documentación todavía figurará en el almacén de los Juzgados de lo Contencioso. El 5 de mayo, todavía, y un poco menguado el asunto (este año prima la ecología porque vende), celebran en mi pueblo de residencia, este año, dicho “encuentro” de la comarca. El equipo de gobierno, oportunista, ha corrido a hacerse con la organización, dado que el Sr. alcalde recoge las patatas calientes comarcales que no quieren otros. Estamos/coincide, en campaña electoral.


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