Las calles de nuestra ciudad son un entramado de historias y encuentros, de risas y lágrimas, de anhelos y frustraciones. Pero más allá de sus edificios, parques, plazas y monumentos cargados de historia, hay algo que nos une a todas las personas que la habitamos: es el poder de lo cercano. Es esa sensación de sentirnos en casa, de encontrar nuestro lugar en el mundo gracias a los sitios que tenemos a nuestro alrededor, pero, sobre todo, por las personas. Desde la sonrisa de la vecina hasta la mesa de ese bar en el que nos conocen por nuestro nombre, son esas pequeñas cosas las que nos hacen sentir que pertenecemos a un lugar. En un mundo globalizado en el que las ciudades tienden a parecerse entre sí cada vez más, es el valor de lo cercano lo que nos permite mantener nuestra identidad y también nuestra humanidad.

La política municipal es la que se encarga de lo cercano, porque son los gobiernos locales los que tienen la capacidad de hacer que nuestras ciudades sean más cercanas, más acogedoras, más humanas. Son ellos los que pueden hacer el día a día de las personas más sencillo y agradable gracias a los servicios públicos, que tienen que ser de calidad y verdaderamente públicos. Desde el urbanismo y la movilidad, hasta los servicios sociales o la cultura, muchas cuestiones pasan por el ayuntamiento y son decisivas para configurar un modelo de ciudad en la que queramos vivir.

Pero, para eso, necesitamos representantes que entiendan la importancia de la proximidad, que valoren el impacto que tienen estas cosas en nuestras vidas. Este año, me gustaría no solo reflexionar sobre esta cuestión, sino también llevarla a la práctica. Por eso, he decidido incorporarme a la lista de Esquerra Unida - Unidas Podemos para las elecciones municipales y contribuir a un proyecto político que quiere cuidar de nuestra ciudad y su gente desde el feminismo, el ecologismo y la defensa de los servicios públicos.

Me mueve la necesidad de trabajar por la ciudad que me vio nacer y en la que vivo, que pasa por un momento convulso en el que creo que las personas progresistas tenemos mucho que decir. Todo está cambiando y va a cambiar los próximos años y somos necesarias para garantizar que el municipio prospera sin dejar a nadie atrás y que en las distintas encrucijadas a las que nos enfrentamos, como la gestión de la vivienda, las políticas de protección del territorio o la asimilación de las nuevas industrias, tomamos la dirección correcta.

La unidad de la izquierda que se ha entendido para concurrir de forma conjunta a las elecciones me genera ilusión y esperanza porque era una asignatura pendiente con nuestras vecinas y vecinos, que ya en 2019 no entendieron que la izquierda transformadora en nuestro municipio no concurriese en una misma papeleta. Ese error se ha corregido y, además, estableciendo una candidatura diversa, capaz y con experiencia de gestión en distintos ámbitos fundamentales para los desafíos señalados.

Por último, agradezco a la dirección y militancia de Esquerra Unida la confianza depositada en mí para incorporarme a la lista como independiente, así como a tantos a amigos y amigas que mantengo en Podem Morvedre y que me han animado a dar este paso. Asumo con gran responsabilidad esta oportunidad de aportar al proyecto político que surge de la confluencia y que, estoy segura, tiene un gran futuro por delante.