El trepa

Viernes, 14 Abril 2023 21:08

El trepa o arribista es una figura muy especial, dentro del mundo de la picaresca. Cualquiera, por el hecho de ser un trepa es un sinvergüenza. Pero dentro de la fauna de los sinvergüenzas los hay de muy diferentes estilos y condiciones.

Estamos acostumbrados a llamar o definir como sinvergüenza a aquellos que, a nuestros ojos, no responden a nuestros propios estándares de honestidad. Pero sinvergüenzas los hay de muchos estilos y condiciones. Sinvergüenza es el trepa, pero también el trilero, el ladrón, el corrupto, el mentiroso, el chulo, el chivato, etc. sin olvidar sus correspondientes femeninos.

El sinvergüenza puede poseer uno o varios de los “atributos” anteriormente mencionados. Los sinvergüenzas que, además de trepas, destacan en otras varias de las “especialidades” a las que me he referido anteriormente, los que acumulan varios de los defectos ya comentados, suelen terminar más o menos prontamente “cazados”. (Se coge antes a un mentiroso que a un cojo) Esto es normal: cuantos más defectos posees, más pronto te retratas. Hoy solo me voy a referir a los que me parecen los trepas realmente más peligrosos: a aquellos que únicamente son trepas o arribistas, porque, para mí esta peligrosidad proviene precisamente de eso, de que la aparente carencia de otros defectos, contribuye a que pasen desapercibidos.

Existen entre los humanos tal variedad de personalidades distintas, costumbres, culturas que, a veces, hace casi imposible el detectarlos, y, suele suceder que cuando son descubiertos es demasiado tarde, ya te la ha colado.

El trepa que mejor funciona, el más peligroso, es aquel que posee el encanto de aparentar gozar de ciertas virtudes, por ejemplo, la honestidad a prueba de bomba, la solidaridad, la piedad, la rectitud, sentido social, religiosidad, ser un trabajador incansable o padre de familia ejemplar. Por los trepas que he conocido pienso que, algunos de ellos interpretan o asumen tan bien su rol que, hasta ellos mismos llegan a creerse que son realmente poseedores de tales atributos; se parecen a aquellos actores que de tanto repetir un papel terminan creyéndoselos. Algo así como Jhonny Weissmüller en su papel de Tarzán.

La cercanía laboral o social con personajes de esta catadura suele terminar mal porque, generalmente, si no andas listo, suelen llevarse el gato al agua. Estos trepas son tenaces, no conocen el desaliento, si fracasan no tardan en volver a la carga con un cambio de táctica normalmente original y creativa. El hecho de que el único objetivo real en sus vidas sea ascender socialmente, escalar puestos, les convierte en unos depredadores muy especializados, en gente incansable que nunca tiran la toalla. Para mí el mejor ejemplo, el arquetipo de estos trepas superdotados, es Karl von Hartrott, uno de los principales personajes de la novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis de Vicente Blasco Ibáñez.


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Más en esta categoría: « La laicidad Luchar »

 

 

SUCESOS

SALUD