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José Manuel Pedrós García

Manipulación

Viernes, 24 Marzo 2023 21:06

Que nuestra sociedad está manipulada, es algo que, a estas alturas de nuestro siglo, posiblemente, nadie duda. Los medios de comunicación están manipulados por todos aquellos que los financian. Los políticos están manipulados por las empresas, y las empresas por el gran capital.
Hasta hace bien poco se decía —y se sabía— que muchos políticos, sobre todo los que estaban en la primera línea de fuego, estaban ahí, no para luchar por los intereses de la ciudadanía y de los más oprimidos, sino para, cuando dejaran la política, salir por una de las puertas giratorias que les ofrecían aquellos que previamente habían sido instalados ahí por ellos o por su camarilla, aquellos que habían reconvertido las empresas públicas en privadas, con la idea de poner al frente a alguien de su confianza, para después recolocarse ellos mismos en esos puestos de hipotética responsabilidad que, en realidad, no son más que puestos excesivamente remunerados y sin responsabilidad alguna. Incluso Felipe González dijo una vez que se aburría estando como Consejero de Gas Natural Fenosa, lo que demuestra lo poco que haría, y todos sabemos, porque es de dominio público, cuál era su salario (desorbitado e improcedente en función de lo que hacía).

No podemos pensar que todos son igual, desde luego. Habrá gente que todavía se mueva por principios, y esos son los que deberíamos buscar para colocarlos al frente de la gestión pública, a fin de que se preocupen por los intereses de los más oprimidos, de los más desahuciados y de todos aquellos que soportan verdaderas necesidades, es decir la capa más sensible de la sociedad, esa que tan necesitada está, y de la que todos nos olvidamos siempre. Ahora, precisamente, que estamos a las puertas de una nueva campaña electoral, tendríamos que pensar en todo esto y elegir a aquellos que más confianza nos ofrezcan y no a esos que prometen mucho pero que, luego, no hacen nada.

John Kenneth Galbraith, un economista canadiense, fallecido en 2006, dijo en su día: «Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula». Galbraith tenía una gran altura de miras, lo que le confería una visión que otros —quizá— desconocían, y esto no es un juego de palabras (aunque midiera 2,06 m.), pues es evidente que si quieres que la gente se crea algo, lo mejor es hacerles creer lo contrario.

Ese es un punto que explotan en la actualidad todos esos políticos neoliberales, que juegan a hacer creer a la población que ellos están ahí para beneficiar sus intereses, los intereses de la población en general, pero cuando han conseguido una mayoría de votos, o una mayoría de apoyos de otros partidos, a quien únicamente benefician es a ellos mismos y a sus más allegados.

Por eso actúan como actúan todos cuando están próximas las elecciones; pero no deberíamos de hacer caso a esos cantos de sirenas, que sólo pretenden atraernos hasta sus acantilados para que nuestras embarcaciones zozobren. Pensemos en sus discursos, pero pensemos con cuidado, si todas esas palabras nos ofrecen credibilidad o son simplemente palabras huecas que pronuncian mientras cruzan los dedos en su espalda.


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