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Ignacio Belzunces Muñoz

Menos medallas

Viernes, 10 Marzo 2023 21:09

El alcalde de Sagunto, Darío Moreno, nos ha sorprendido a todos con unas vallas publicitarias en las que el mensaje no puede ser más nítido «somos empleo», pero, por si no queda claro, ha colocado una coletilla en la que nos recuerda que la gigafactoría de Volkswagen creará 15.000 puestos de trabajo, es decir, unos 3.000 directos más los inducidos. Está claro que estamos en elecciones y que aquí cada cual va a vender su producto de la mejor manera posible. Sin embargo, el mensaje que lanza nuestra primera autoridad local, con esta campaña de propaganda a base de brocha gorda, refleja, precisamente, que el paro en este municipio, sobre haberse reducido en los últimos años, sigue siendo la principal preocupación ciudadana, de ahí que Moreno se aproveche de esa necesidad tan extendida entre la población, la de tener un puesto de trabajo decente, para lanzar un reclamo de estas características.

Lo que nos está diciendo el alcalde, en síntesis, es que nos ha traído la gigafactoría para que todos tengamos trabajo. Un poco burdo, ¿no?, porque, vamos a ver, la multinacional alemana ha elegido Sagunto para instalar su planta de baterías por la posición geoestratégica de este municipio. Además, el Estado español contribuirá con 187 millones de euros para favorecer este asentamiento, por otro lado, sabido es que Pedro Sánchez quería que esta fábrica se construyera en Extremadura, y ha sido la Generalitat Valenciana, con Ximo Puig a la cabeza, la que ha trabajado mucho para que esta instalación se ubicase en Sagunto, acelerando al máximo toda su tramitación. En pocas palabras, lo que haya podido incidir el Ayuntamiento de Sagunto en esta decisión empresarial es bien poco, por no decir nada. No es un reproche, es que, desgraciadamente, los municipios en España tienen pocas competencias, más allá de recoger la basura, suministrar el agua potable y ocuparse del alumbrado público.

Desde que, por una decisión política, se cerró la cabecera siderúrgica integral de los Altos Hornos del Mediterráneo, Sagunto ha ido perdiendo fuelle económico hasta quedar prácticamente irreconocible. Desde aquel traumático desmantelamiento industrial, las fuerzas vivas del municipio, los trabajadores, el empresariado y los sindicatos, han venido reclamando una nueva reindustrialización, así que la llegada de estas iniciativas en Parc Sagunt I y ahora en Parc Sagunt II, no es más que la consecuencia de ese esfuerzo colectivo de años, que, lógicamente, ha salido bien porque la ubicación geoestratégica es inmejorable, por eso se fijó en aquel Sagunto agrícola y deprimido de principios del siglo pasado el empresario vasco Ramón de la Sota y Llano para montar su emporio industrial, que puso esta población en el mapa. El PSOE, que fue el que le dio la puntilla a la ‘Fábrica’ en 1984, sigue teniendo una deuda moral con este municipio, así que, por favor, más recato y menos medallas.


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