Gente de bien

Viernes, 03 Marzo 2023 21:06

El pasado día veintiuno de febrero, a raíz de la ley ‘trans’, Feijóo le dijo a Sánchez: «Deje ya de molestar a la gente de bien». Al día siguiente, desde la bancada socialista del congreso, algunos ministros preguntaban a quién se refería Feijóo cuando hablaba de la «gente de bien», y la respuesta de la bancada popular era, en el mejor de los casos, la ambigüedad, aunque en algunos otros casos era la respuesta habitual, la que todos conocemos: salirse por la tangente, y desviar el tema hacia otras cuestiones para replicar con el consabido «y tú más».

¿Cuál es el baremo que establece el Partido Popular para determinar a quién considera gente de bien y a quién no? ¿Se trata de una cuestión ideológica, de una cuestión de moral, de una cuestión de principios, de una cuestión económica, es decir, son los ricos gente de bien, o es simplemente una cuestión de a quién vota cada persona? ¿Quizá Feijóo se refiere a que la gente de bien es aquella que ve la sociedad desde su punto de vista, o sea, como la ve él, y que vota siempre a opciones conservadoras? ¿Sólo es esa parte de la sociedad, sin ninguna excepción?

Para algunos, actuar bajo el imperio de la ley, defender lo instituido, apoyar la fuerza natural del Estado para que la democracia funcione, todos esos son los signos que caracterizan a la gente de bien. Sin embargo hay otros indicadores que dicen que gente de bien es «aquel grupo o clase social en que se divide la sociedad», o «gente con dinero», y esta definición deberíamos subrayarla, o «conjunto de personas honradas y de buenas intenciones», o «aquel que no juzga, que tiene integridad, y que es, por encima de cualquier otra cosa, un buen ser humano».

Sin embargo tendríamos que ver si todos esos indicadores son los que amparan a los empresarios que se lamentan de que haya subido el salario mínimo, y de que a sus empleados les tengan que aumentar el sueldo mensual en 80 euros. Tendríamos que ver si esos indicadores son los que poseen las banqueros, que nos han enseñado a sacar dinero de los cajeros para ahorrarse el salario de un empleado, sin tener en cuenta a la gente de la tercera edad, que les viene justo comprender lo que hay que hacer en el cajero; que nos han adiestrado para hacernos nosotros nuestras transferencias, y encima nos cobran por ello; que nos han colocado nuestros ahorros en unos fondos que cada vez deprecian más, convenciéndonos, eso sí, de que era la mejor opción que teníamos para que nuestros ahorrillos nos rentaran un poco; que han cerrado oficinas y han prejubilado o enviado al paro a muchos empleados, para evitarse costes superfluos y que al final sus cuentas y sus beneficios cuadren de acuerdo con sus estimaciones previas. Tendríamos que ver si esos indicadores que marca el señor Feijóo sobre la gente de bien son los que amparan al clero, que tanto se preocupa para que nuestras almas lleguen al cielo en la otra vida, aunque en esta mucha gente sufra las privaciones y las consecuencias de no poder llegar a fin de mes, o de no tener una vivienda digna, o de que su salario no le permita pagar el gas y la electricidad, mientras los príncipes de la Iglesia viven como reyes en sus palacios episcopales y ponen trabas a todas las propuestas de nuevos derechos; porque tendríamos que preguntar qué pensaba esa gente de bien cuando se aprobó la ley del matrimonio igualitario, o la ley del aborto, y tendríamos que ver qué respuestas nos dan.

¿En qué soporte sitúa el líder del PP la línea que separa a la gente de bien de toda esa que él no considera así? ¿Podría ser una línea que oscila, que va y viene, que fluctúa, o es una línea inamovible? ¿Y toda esa gente que Feijóo no considera gente de bien tiene cabida en esa España que él pretende gobernar? Muchas cosas nos tiene que aclarar.


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Más en esta categoría: « Imparcialidad Dualidad »

 

 

SUCESOS

SALUD