La laicidad, en el caso de un Ayto. consiste en tomar una posición equidistante y respetuosa con todas las confesiones religiosas, tal como se desprende del art. 16.3 de la Constitución que, claramente, especifica que «Ninguna confesión tendrá carácter estatal». Hace ya seis años que el Ayto. de Sagunto, gobernando Compromís y a propuesta del PSOE, se declaró Laico y decidió adherirse a la Red de Municipios Laicos.

Durante todo este tiempo no se ha notado una mínima coherencia con esta libre decisión. Ni siquiera han sido capaces de quitar la cruz de la entrada a los Cementerios Municipales y, alcaldes y concejales, se siguen considerando libres para asistir a misas y procesiones como representantes municipales.

En estos momentos se están realizando en el Puerto unos actos públicos patrocinados por unas autodenominadas Hermandades del Santo Sepulcro. Perplejos, muchos porteños nos preguntamos qué mal habremos hecho para tal castigo. ¿Será por tener fama de ser el pueblo más agnóstico y ateo de la provincia de Valencia?

En esta ocasión, el alcalde (PSOE) y la concejala de Cultura (Compromís) se han lucido con sendos Saludas, (logo del Ayto. incluido) a las dichas Hermandades para recibirlas institucionalmente, “olvidándose” de nuevo de que ni la laicidad ni la Constitución les permite tomarse estas libertades. Otra cosa sería hacerlo a nivel personal, lo cual les estaría permitido en virtud de la libertad personal de cada cual. Pero “se olvidan” de que actúan en representación de todos y nos hacen pasar vergüenza ajena al tener que oír o leer a nuestros representantes municipales, rindiendo pleitesía a una confesión, diciendo, refiriéndose al Puerto y las procesiones, de que «somos una ciudad que ama sus tradiciones» y que estos eventos «sin dudas, serán acogidos por todas y todos» una frase excesivamente inclusiva ¿no les parece? Es más, yo diría que se pasa por lo menos un pueblo… un pueblo llamado Puerto de Sagunto. Y, ya, para terminar, recomiendan a todo el Puerto a «animarse para participar».

Ya puestos, podían haber prometido indulgencias plenarias para todos aquellos que participasen en los actos previstos. Pocas veces tenemos ocasión de contemplar en directo a unos munícipes perder los papeles sin tener la más mínima necesidad ni venir a cuento.

Sr. alcalde, Sres. concejales: Ustedes representan a la ciudadanía y no pueden poner en boca de ésta palabras que no induzcan a la concordia o que siembren malestar entre grupos ciudadanos, como son las distintas confesiones y también los ateos y agnósticos, hartos ya de que las cuestiones religiosas perturben la convivencia ciudadana,

Para que lo entiendan: como alcalde o como concejales, no podéis llevar puesta la bufanda del Saguntino en el palco del Acero, ni la del Acero en el palco del Saguntino. No solo es que quede feo, es que, además, este tipo de cosas no traen más que problemas.